Luego de que el presidente Javier Milei insistiera en su ataque permanente a las universidades públicas y denunciara públicamente supuestos hechos de corrupción, el titular de la Sindicatura General de la Nación (SIGEN), Miguel Blanco, afirmó que hasta el momento no existen elementos que confirmen la existencia de delitos o irregularidades. El organismo fue designado este martes como órgano para auditar a las casas de altos estudios, por orden del procurador General del Tesoro, Rodolfo Barra, mientras crece el reclamo de la comunidad educativo por los recortes y contra el veto a la ley de Financiamiento Universitario.
En declaraciones a la 750, Blanco aseguró "no tener elementos para corroborar" los dichos de Milei, quien, en su cruzada contra la educación pública, trató de "chorros" a las autoridades universitarias y habló de supuestos hechos de corrupción, aunque sin aportar pruebas. "Hay un conjunto de delincuentes que no quieren ser auditados, pero afortunadamente hoy salió un dictamen y vamos a poder hacerlo. Los chorros están en peligro”, disparó el Presidente.
Tras el dictamen de Barra, este miércoles comenzaron las tareas para auditar a las universidades nacionales. Blanco adelantó que el trabajo llevará varios meses. "Tampoco es una novedad porque a partir de noviembre del 2023, que hubo un acuerdo voluntario del Ministerio de Educación con la SIGEN, hicimos convenios particulares con varias universidades", dijo.
En este sentido, recordó que hasta octubre de 2022 la SIGEN auditaba "normalmente las universidades nacionales".
Aunque admitió que no tenía elementos que avalen los dichos de Milei, Blanco siguió al pie de la letra el libreto oficial y remarcó que si bien "todas las universidades reciben fondos públicos, no todas admiten ser auditadas", y en relación a esto, enfatizó que en los "últimos 10 años, la AGN auditó una sola Facultad", un dato que luego debió reconocer que no era de ese modo, ya que la Auditoría General de la Nación había auditado a otras universidades del país. Blanco entró en una contradicción de la cual salió diciendo que "no tenía la información precisa" y probablemente se refería "solo a la UBA".
Aún así, y con un pasado como docente en la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA, entre 1976 y 1986, Blanco admitió haber tenido "indicios" de corrupción en la casa de estudios superiores durante esa época. Luego, apuntó a la Unión Cívica Radical, que desde la recuperación democrática conduce el rectorado de la UBA.
"No he hablado con el Presidente ni sé con qué elementos cuenta él. Lo que sí se, además de los fondos públicos que emanan del presupuesto, (es que) las universidades tienen muchísimos convenios con reparticiones públicas. Esos convenios llaman la atención", señaló.