Desde Mar del Plata

En el hall principal del Hotel Sheraton, donde se lleva a cabo la edición número 60 del Coloquio del Instituto para el Desarrollo Empresarial de la Argentina (IDEA) se evidencian las dos argentinas: la del sector energético, el financiero, la tecnología, y el agro, que vive en un país emergente, piensa en la competitividad, y tiene un ojo en el escenario político 2025. Y la del consumo masivo, la construcción, y electro que hacen cuentas sobre sus caídas interanuales acumuladas de dos dígitos, y comparten sus estrategias para sobrevivir a la crisis de consumo. La mayoría, sin embargo, converge en el aplauso al equilibrio fiscal, el orden macroeconómico y acompañan mayormente el lema "Si no es ahora, cuando", que eligieron los integrantes de IDEA para esta edición. 

Aplausos que se materializaron en el panel de cierre de la primera de las tres jornadas del Coloquio, cuando "la primera linea de los tomadores de decisiones de la Argentina"- tal como presentó la moderadora de la charla al empresariado-, escuchó durante cuarenta minutos al ministro de Economía Luis Toto Caputo hablar combativamente de la pesada herencia, de los logros económicos del gobierno, de la inteligencia y valentía de Javier Milei, de la necesidad de que los empresarios inviertan, de la "manga de delincuentes, impresentables, y burros" que son los kirchneristas. Allí cosechó el primer gran aplauso de la noche en el salón principal de la planta baja del Hotel Sheraton Mar del Plata, que tiene capacidad para mil personas sentadas, pero las sillas no alcanzan.

"Devaluar no es el camino", volvió a reforzar Caputo las dudas empresarias, y le dedicó una mención especial a la salida del cepo cambiario. "Para nosotros no es una fecha, son condiciones. No podemos hacer futurología, ojalá lo supiera, pero no lo sé. Sí tenemos clarísimas cuáles tendrían que ser las condiciones, porque nuestro programa es super robusto", continuó, "no se coman ese cuento de que el país no puede crecer con cepo, hay evidencias empíricas de otros países y no hay nada mas necio que negar evidencia. No nos enamoramos del cepo, pero vamos a salir cuando corresponda", se contradijo el ministro con el Caputo de la gestión de Mauricio Macri. 

A pesar de asegurar que a Milei "le importan dos o tres pitos las encuestas", Caputo le dedicó una parte de su discurso a justificar el veto a la reforma de la ley de movilidad jubilatoria y de financiamiento universitario: "No me importa que digan que significan 0,44 por ciento del PIB, porque con ese criterio el mes que viene se vota otra con 0,50 y en tres meses llegamos a tres puntos del PIB. Sabemos que con esta decisión el presidente pierde imagen, pero él se la juega para transformar todo enserio". En esta parte del discurso volvió a subir el aplausómetro de Luis Toto Caputo: "La plata de las universidades, sabemos que se la afanan. Lo que le pedimos es que las auditen".

El tercero de los cuatro aplausos empresarios a Caputo fue cuando se refirió al riesgo político, "hablo de esto porque todos hablan", dijo. “No tengo ningún temor al famoso riesgo político. No es porque subestime al kirchnerismo, no hay ninguna posibilidad de que esa gente vuelva, pero no los subestimo a ustedes. La gente no se come más ese cuento”. El último (y más tímido) lo recibió al decir que la voz Javier Milei es una de las dos o tres más escuchadas del mundo: "Y no es el presidente de Estados Unidos, gente. Es el de Argentina".

El aplausómetro de Milei generó controversias en el auditorio: "El mundo corporativo está aplaudiendo que les dice burros y chorros, parece una cancha de fútbol. No es el perfil ni el mensaje que se tiene que dar en este evento", explicaba la representante de una automotriz.  "Para mi fue un grupo marginal, aplaudía el 40 por ciento de las mesas", complementaba el de una energética. Lo cierto es que no es la primera vez que los empresarios aplauden a gobiernos recién llegados, hasta que empiezan a flaquear.

Si no es ahora, cuando

Desde que comenzó el Coloquio de IDEA, hace sesenta años, el empresariado no había apoyado nunca tan explícitamente al oficialismo. Sí estuvieron entusiasmados - pero de manera más discreta- con el macrismo. Acá el enamoramiento queda en evidencia no solo con el lema "Si no es ahora, cuando", sino con los referentes del conglomerado empresarial hablando arriba y abajo del escenario. 

"Hoy es un momento bisagra. Uno ve que hay luz al final del túnel y que estamos en el camino correcto. Obviamente que las cosas no cambian de la noche a la mañana, sino que van a llevar bastantes años poder estabilizar a nuestro país, pero estamos en el camino", celebró en uno de los paneles el presidente de Molinos Río de la Plata Luis Perez Companc.

Entre sandwiches de miga de rúcula y roquefort, o de tomates secos y queso, panes de chocolate y pinches de uva, kiwi y ananá, un empresario de una de las más importantes empresas del sector energético se entusiasma: "Es que es el momento de pensar en un cambio de verdad, hasta ahora vienen cumpliendo y yo tengo esperanza". 

Del otro lado, una marca reconocida proveedora de la cadena de la construcción dudó: "Es la interpretación de ellos respecto a lo que va a pasar. Yo como industrial, tengo mis dudas", y otro de las principales empresas de consumo masivo complementó: "coincido en que el equilibrio fiscal y el orden macroeconómico da una esperanza, pero hay que ordenar la microeconomía también".

Para decir presente los más de mil asistentes pagaron la matrícula del evento, de 1.400.000 pesos para socios y 3.000.000 de pesos para no socios de Idea, monto que no incluye alojamiento ni traslado pero sí las cenas y los coffe breaks con sandwiches de panes de diferentes colores y fiambres varios. El año pasado, la inscripción para socios estaba en 350.000 pesos y 600.000 pesos para no socios, un 300 y 400 por ciento menos, respectivamente. En IDEA remarcaron la matrícula más de 150 puntos porcentuales por encima de la inflación interanual de 237 por ciento hasta agosto.