Los instrumentos financieros que urdieron Luis Caputo y Santiago Bausili para enfrentar el desprecio que les propició Wall Street cuando fueron a pedir nueva deuda resultaron bien complejos. En primer lugar, se depreció el peso un 118% y luego reunieron en privado a los bancos locales para ofrecerles pasar la carga de las LELIQ a plazos de solo un día, pagando una tasa de interés del 100%, cuyo equivalente en dólares es del 174% (TEA). Luego redujeron el rendimiento en pesos, pero siempre se mantuvier