El primer ministro libanés, Saad Hariri, regresó ayer por primera vez a su país después de haber renunciado al cargo desde Arabia Saudita hace más de dos semanas. Hariri llegó anoche al aeropuerto de Beirut en un avión que despegó de El Cairo; antes se había reunido con el presidente egipcio, Abdel Fattah al Sisi.
Hariri presentó a comienzos de mes su renuncia a la jefatura del gobierno desde Riad. En un discurso televisado, Hariri acusó reiteradamente a Hezbolá, con quien gobierna en el marco de un frágil sistema de reparto de poder en Líbano, y a su aliado Irán.
Ese paso desató el temor de que en Líbano pudiese estallar un conflicto entre las potencias rivales en la región: Arabia Saudita e Irán. El reino sunnita es un estrecho aliado de Hariri, mientras que la república chiíta de Irán apoya a la milicia Hezbolá. Esos temores también se vieron alimentados porque Hariri no había regresado al Líbano desde que presentó la dimisión. Los medios árabes se hicieron eco además de los rumores de que Riad había puesto a Hariri, de 47 años, bajo arresto domiciliario. Arabia Saudita rechazó esas alegaciones y el fin de semana pasado Hariri viajó a Francia, donde se reunió con el presidente Emmanuel
Macron. Luego Hariri llegó a El Cairo procedente de París.
En Líbano Hariri tiene previsto participar hoy en un desfile militar con motivo del día de la independencia del pequeño país mediterráneo.