Se conocieron hace seis años en una clase particular de guitarra. El profesor, Jeremías, quedó cautivado por el alumno, Tomás. En menos de dos semanas lo llamó y le pidió que formen una banda. Necesitaban un nombre y eligieron un término japonés, intraducible. Koino Yokan: la predicción del amor, la sensación inefable de que, al conocer a alguien, te vas a enamorar perdidamente. Juran que la elección fue casi arbitraria, tras una búsqueda de Google, y que se dieron cuenta hace poco de la puntería para elegir al flechazo imprevisto como el nombre que los representaría frente a Argentina, México, Costa Rica, Uruguay, Chile y España, donde ya tocaron. Es una historia que contaron "más de trescientas veces", pero sigue siendo única.
El dúo porteño que se define como un proyecto "que supo juntar a dos personas bastante dispares para cumplir un sueño" empezó interpretando covers -sacaron versiones de Flaca, de Calamaro, y de 11 y 6, de Páez, entre otras-, pero sus ambiciones crecieron a la par de su relación musical.
Hoy, Jere y Toto tienen tres discos publicados, acaban de dar un show grande en C Complejo Art Media y este sábado 19/10 estarán en el ciclo Noches Capitales, junto a Cruzando el Charco y Natalie Pérez en el Hipódromo de La Plata. Además, el domingo 3/11 tocarán en Camping BA, en el marco del ciclo Aperol Spritz Taste & Sound.
- ¿Qué historias quieren contar con su música?
- Jeremías Oro: Generalmente nos gusta comunicar historias que tienden a la positividad, al buen ánimo, a vivir de forma sana. No solemos hacer cosas que tienden más a la depresión, sino todo lo contrario.
- ¿No comparten la visión de que el arte suele ser una sublimación de una experiencia dolorosa?
- J.O.: Cuando uno transforma cierta situación negativa en arte, a veces también transmite esa negatividad y no me gusta hacer eso con nuestra música. Obviamente tenemos algunos temas más desgarradores, tenemos baladas, pero personalmente cuando estoy en un estado de ánimo que no quiero estar tengo diferentes recursos: uno es escuchar música para estar en un estado positivo. Por otro lado, también se puede transformar un episodio negativo o de mucha tristeza en una canción positiva o alegre. Y también tenemos temas que tienen una profundidad emocional y que, por ahí, no son los que más escucha la gente.
- ¿Es difícil hacer algo positivo en este contexto cultural y político?
- J.O.: Sí, a mí me cuesta mucho. No quiero hacerme el budista o algo por el estilo, pero siempre aunque haya adversidad uno puede estar bien adentro. Nosotros, por ejemplo, tuvimos bastantes problemas con tema management y tema plata. Estábamos como el orto y la verdad es que la gente que nos sigue ni se enteró. Creo que aunque estés con problemas graves, ya sea externos o internos, uno siempre se puede sobreponer a eso y tratar de estar bien. Ésa es un poco para mí la gracia de estar vivo: tratar de descubrir el placer en las cosas más básicas de la vida.
- Tomás Otero: Si estás atravesando emociones que tienen que ver con la frustración, el enojo, el rencor, llevar al máximo tu potencial creativo es difícil. Todo eso te hace sentirte como la mierda y no te permite conectarte con tu potencial creativo de verdad. Ahora puedo agarrar la guitarra, por más que esté como el ojete, y hacer un montón de temas, pero ninguno me va a mover las tripas como cuando de repente siento que estoy vivo y me siento increíble.
- ¿Aprendieron algo del "tema management"?
- J.O.: Sí, claro. El ambiente de la música está lleno de garcas. Ahora está trabajando con nosotros gente muy buena, y realmente no sé cómo es el mundo fuera de la música, pero dentro de la música es un mundo lleno de cagadores.
- T.O.: La gente que no hace música y se encarga de que pueda funcionar como negocio, la mayoría de las veces son detractores del espíritu, pirañas que lo único que quieren es plata y aprovecharse de la gente.
- ¿Es un descubrimiento reciente o es algo que ya sabían?
- J.O.: Es algo que siempre supuse y que constatamos. Me sorprendió que es como la peor película que hayas visto. La peor leyenda que te cuentan de Paulo Londra y todo eso, es tal cual. Y les pasa a muchos músicos y vos no te enterás. La realidad supera a la ficción en esas cosas que uno imagina o ve en la tele.
- T.O.: Lo que me parece muy loco, más allá de la música, es cómo alguien puede por ahí matar a una persona y como tiene guita y contactos no pasa nada, es intocable. No sé si son todos garcas, pero sí son todos cómplices al final.
- ¿Qué fue lo que impulsó el viraje a un sonido más pop en su segundo disco?
- J.O.: Creo que fue una consecuencia de ir sumando cada vez más elementos, porque siempre fuimos los productores y los compositores de todos los temas, entonces al principio la producción tenía pocos elementos. No porque quisiéramos exclusivamente que fuese así sino porque no teníamos conocimiento de cómo producir un tema que estuviera más vestido. Pero conforme fue pasando el tiempo, fuimos aprendiendo más.
- ¿Qué preparan después de estos shows?
- J.O.: La idea es empezar a sacar temas a full, cada 20 días o un mes, más o menos. No como un disco sino como sencillos, pero sin parar. Como veníamos haciendo hasta este año que casi no sacamos nada.
- ¿No quieren sacar otro disco?
- J.O.: No hay idea de disco. Como hacemos todo el proceso mientras estamos de gira y tocamos todas las semanas, se nos hace muy difícil hacer esa grabación clásica de ir un mes a un estudio, se nos hace súper difícil.
- T.O.: La composición, selección y producción de todos los temas es un proceso larguísimo. Si no estás enfocado en eso, no te sale bien. No podés estar viajando y tocando, y nosotros necesitamos viajar y tocar todo el tiempo. Es nuestro laburo, entonces lo hacemos sin parar. Naturalmente los sencillos terminan siendo la forma más fácil de sacar música.
- Última pregunta: ¿qué es Koino Yokan?
- T.O.: Es un equipo.
- J.O.: Es el todo más que la suma de las partes. En este caso, Koino Yokan es un dúo que supo juntar a dos personas que quizás son bastante dispares para cumplir un sueño. Y también para cumplir cierta exigencia que mucha gente tenía de ir a escuchar este tipo de canciones que les hace bien, que los ayuda a estar mejor. Es un proyecto que tiene una doble función: nos ayuda a nosotros y ayuda a los demás.
