Una beba de 24 días falleció la semana pasada con un cuadro de deshidratación y 600 gramos menos de los que tenía al momento de nacer.
Según el Ministerio de Salud Pública de Salta, durante el traslado, la criatura sufrió un paro cardiorrespiratorio que le provocó un infarto cerebral.
Sin embargo, en la denuncia penal la madre de la niña indica que su hijita fue trasladada al Hospital Materno Infantil el 8 de octubre, pero al haber estado ya con una complicación extrema de su organismo, falleció a los dos días en el Hospital.
El detalle más preciso de los hechos lo dio a Salta/12 Beatriz Villada, abuela de Dayana Bianca Urzagaste Villada, la beba fallecida.
La mujer y su hija de 37 años viven en Amblayo, pueblo del departamento calchaquí de San Carlos.
La nena ació el 16 de septiembre pasado. El parto de su madre primeriza de 37 años fue en el Hospital Materno Infantil de la ciudad de Salta, a unos 155 kilómetros del pueblo al que se llega a través de la ruta que va Cachi.
Según la denuncia, en el Hospital dieron el alta a madre y la beba el 19 de septiembre con la indicación de que la agente sanitaria de la zona debía revisarla a las 48 horas.
Pero en la denuncia se afirma que la agente sanitaria recién llegó a su hogar a los 10 días. “La beba lloraba y estaba molesta y trataba de tomar la teta pero a mi hija no le salía leche”, dijo Villada al indicar que cuando la agente sanitaria llegó le pidió que le de instrucciones para darle mamadera “porque la beba no se llenaba”.
Pese a que, según la denuncia, de pesar 2 kilogramos 600 gramos desde su nacimiento, la nena llegó a perder 300 gramos de peso, la agente sanitaria insistió en dar exclusivamente leche materna.
“La nena seguía llorando entonces la llevé al Centro de Salud”, indicó la madre. Sostuvo que tras revisarla, un enfermero le dijo que estaba bien. Volvió a llevarla un martes, día previsto para la atención médica en el Centro de Salud. “Pero no la quisieron atender diciendo que no había venido el médico”.
El primero de octubre la mujer volvió a llevar a la niña dado que, sostuvo, había un equipo especializado para realizar controles ginecológicos. Pero afirmó que tampoco atendieron a la bebé.
Estos anteriores controles no están indicados en la denuncia, aunque el informe oficial del Ministerio de Salud sostiene que la nena fue revisada por la agente sanitaria tres veces y dos veces por el enfermero en el puesto sanitario.
En la denuncia, en tanto, se indica que el 7 de octubre la nena fue revisada nuevamente, ya con 600 gramos menos, es decir, solo pesaba dos kilos.
“Durante un control de rutina, se constató que el bebé había perdido 600 gramos de peso, lo cual no se considera normal para un neonato de esa edad”, indica el parte oficial del Ministerio de Salud al reconocer la gravedad del caso. Sin embargo, la madre insiste en su denuncia ante la Policía, que le decían que “no alimenten con mamadera, que tiene que ser leche materna nada más y que si no le iban a operar”. La mujer dijo que, siendo madre primeriza, obedeció.
El 8 de octubre ante un cuadro preocupante, la familia volvió al Centro de Salud. Ese martes tampoco estaba el médico por lo cual el enfermero se comunicó con el Hospital de Cachi, que era el más cercano. Al ver la condición de la beba, se envió una ambulancia que llegó a las dos horas de haber sido convocada. Según Villada, la ambulancia hizo un trasbordo de la bebé en Cachi de donde la derivaron en código rojo hasta el Materno Infantil en donde a los dos días falleció.
Si bien se pensó en un vuelo sanitario, la mujer contó que había imposibilidad de enviarlo por las condiciones climáticas.
Desentendimientos entre comunidades y el sistema de salud
Este martes en la sesión de la Cámara de Diputados, el representante del departamento Rivadavia y de las comunidades originarias victoreñas, Rogelio Segundo, afirmó que un nietito de él había fallecido pese a los enormes esfuerzos realizados por profesionales de la salud del Hospital de Santa Victoria Este y del de Tartagal.
“Pido a mis paisanos, al pueblo indígena, que cuando tengan un hijo o lo vean enfermo vayan rápido al hospital porque hoy hay enfermedades que no conocemos. No es como hace diez o 15 años atrás. Estamos desconociendo las enfermedades”, afirmó Segundo. Según el informe que se dio de la cartera de Salud, el caso del nieto de Segundo fue fortuito.
Ocurre que frente a situaciones de discriminación, la falta de entendimiento intercultural y las numerosas familias que tienen a un niño o niña que falleció tras ser tratado en el Hospital, los habitantes de pueblos indígenas suelen buscar otras alternativas.
Conocedor de esa realidad, Segundo también se manifestó por la necesaria reacción de los responsables de las áreas operativas para que desde los puestos de Salud la derivación al Hospital sea inmediata cuando los chicos tengan diarrea o vómito.
Del otro lado de la provincia, en el pueblo de Amblayo, las relaciones al menos en este caso no parecen ser muy distintas a las que hay entre las comunidades originarias. Al ser consultada sobre por qué la nena no fue llevada a un Hospital de referencia antes de empeorar, Villada contó su experiencia. “Hace 20 años yo tenía un chiquito grave y lo llevamos al Hospital y me retaron, ‘deje de jugar con la radio’, me dijeron”. Sucede que en estos pueblos ante la falta de conectividad, este era el medio (sigue siéndolo en algunos casos) para poder avisar de las emergencias.
Villada sostuvo que cuando su hijo siguió mal volvieron al Hospital y “no nos quisieron atender”. “Entonces lo dejamos a la voluntad de Dios. Vino un señor que nos dio una forma de curarlo porque parece que estaba empachado. Y se mejoró. Pero por eso ahora no quise ir, y también por eso, solo recurrí al enfermero”, contó.