“Hay razones poderosas para continuar”, repite, como un mantra, el estribillo de la canción que da nombre al nuevo disco de Las Bodas Químicas, Razones poderosas (2024). El cuarteto integrado por José Lavallén (guitarra y voz), Nicolás Daniluk (batería y teclados), Andrés Tersoni (bajo) y Roco Collado (teclados y percusión) acaba de publicar un disco potente y enérgico, pero cargado de matices y colores, con la canción como guía. “Son razones poderosas para ir hacia adelante y transitar circunstancias complejas que atravesamos todos, no solamente nosotros como artistas, sino lo que nos toca cotidianamente como personas de este mundo tan distópico”, explica Daniluk sobre el eje conceptual del disco que presentarán este sábado 19 de octubre a las 20 en Lucille (Gorriti 5520).

-¿Con qué más tienen que ver estas razones poderosas?

-Puede ser que todo esté teñido por un sentir existencialista. Esa es parte de nuestra forma de interpretar la realidad y transmitirla a través de las canciones. Más allá de alguna literalidad, siempre trabajamos con los matices metafóricos, con la amplitud de interpretación que eso tiene. En este caso hay algo de búsqueda de templanza espiritual en el disco. Porque en general no solo en Argentina estamos atravesando períodos muy complejos, sino como humanidad. A veces la desesperanza está a la mano. Pero la búsqueda de encontrar razones fuertes para continuar empapó todas las canciones. La resignificación aparece de manera orgánica. Este disco nos encuentra muy en foco: la idea es cultivar el aprendizaje que hemos tenido como banda. Además, esperamos que este nuevo disco nos lleve hacia esa luz interna que vamos a necesitar todos los que estamos navegando en este mar revuelto para no hundirnos y poder continuar.

-La música puede ser un salvavidas…

-Sí, lo es. Es el sentido real que tiene, porque eso es tan importante. Hay algo que hay pensar como esencial: la posibilidad de comunicarse emocionalmente a través del arte. Nunca hay que denostar la cultura, hay que darle una importancia esencial. Porque es lo que nos da sentido: poder transmitir nuestros sentires y estar permeables para conmovernos.

Después de Ley de gravedad (2020) y un disco de remixes y versiones en vivo (Gravedad de ley, 2023), el grupo vuelve a entregar un combo de nuevas canciones inspiradas, melodías magnéticas y con un pulso rítmico irresistible. “En un momento llegamos a tener cuarenta canciones para elegir y encontramos ahí una línea, una lógica que tiene un sentido espiritual”, precisa Daniluk. “Siento que somos un grupo que hace canciones. Nos cuesta ubicarnos dentro de una definición, pero sí hay intensidad en nuestra forma de expresar lo que componemos”, dice sobre el sonido de este disco. “No es una búsqueda sonora de diseño, sino que es un estado natural de lo que es el cuarteto sonando. A diferencia de los últimos dos discos, hay muchas texturas electrónicas y también hay cuerdas y caños. La idea era ampliar el sonido, es decir, que no apareciera tanto el cuarteto puro y duro, sino trabajar más los matices y los colores”.

-¿La canción "Moda pasajera" es un reflejo de esta época?

-Sin ser una norma para nosotros, en algunas canciones hay cierto cinismo e ironía. Y en esta canción se expresa cierta ironía en algún punto, porque la moda pasajera se puede resignificar en muchos sentidos, en cosas de actualidad pero también en lo pasajero que es nuestra existencia acá.

-¿En estos trece años encontraron un lugar en la escena del rock o no se sienten parte de ningún circuito?

-Hay sensaciones de pertenencia al circuito, pero no atendemos tanto eso. No estamos adentro de una movida específica, pero nos interesa conectar con el público. Somos un grupo que hace canciones, pero no pertenecemos a un nicho específico. Nos interesa ser auténticos en lo que transmitimos y construir una identidad propia. En otros términos, estamos dentro de la cultura rock: esa gran antena con la que también llevamos adelante acciones cotidianas.