En el Coloquio de IDEA que se armó para Javier Milei y que cerró el propio Presidente, la demostración de manejo del poder la hizo su padrino político, Mauricio Macri. Se bajó de un avión privado que le pagaron empresarios, se dirigió veloz al restaurante Sarasanegro -donde lo esperaban para comer platos gourmet más de 30 ceos- y allí hizo dos cosas: mostró que reconstruye su propio Círculo Rojo pero, sobre todo, se congratuló de sostener técnicamente al Ejecutivo libertario. "Hicimos un rescate técnico", comentó en la mesa principal. Unas horas antes, Luis Caputo, el ministro de Economía, había echado al secretario de Energía (área vital de poder), Eduardo Rodríguez Chirilo, para poner en su lugar a María Tettamantti, uno de los cuadros de armado energético del PRO.
Los acontecimientos confirman que Macri llevó a la acción aquella frase que pronunció, en octubre del 2023, en el acto en Lomas de Zamora donde se cerró la campaña presidencial de Patricia Bullrich. Para deslegitimar a Milei habló, entonces, de que "la otra alternativa es una agrupación no madura, sin volumen, sin equipo, fácilmente infiltrable, que no puede garantizar ningún cambio".
La foto actual, aunque dentro del Gobierno de Milei lo minimicen y nieguen, es de la de Macri manejando el pleno de áreas clave del Gabinete, todo con cuadros propios: se listan allí Economía, Agricultura, Seguridad (aquí, es cierto que Bullrich hoy es una ex PRO, pero fue parte del primer acuerdo de poder), el Banco Central, Infraestructura, Capital Humano y ahora, también, Energía. Esta última, tal como publicó Raúl Dellatorre este jueves en Página I12, una cartera hecha a la medida de negociados futuros. Allí tallarán el ex titular de Vialidad PRO, Javier Iguacel, que de la nada apareció siendo dueño de una empresa petrolera; y esperan que también llegue Guillermo Dietrich, el ex ministro que Mauricio quiere colarle a Milei para que maneje una superestructura con corazón en los negocios de la hidrovía.
Según otras fuentes, Macri buscaría, además, sumar posiciones de provilegio en la petrolera YPF, el Banco Nación y la gestión del remate a privados de la empresa Aerolíneas Argentina.
Los alfiles simulan, Macri gana y Milei cede
En paralelo, lo particular de la movida de Macri es que el partido amarillo intenta manipular la botonera de ministerios clave del gobierno libertario tratando de no dejar huellas, por las dudas de que el plan fracase. Un imposible. En la jornada, el titular del bloque de Diputados de Unión por la Patria, Germán Martínez, y el presidente de la Unión Cívica Radical (UCR), Martín Lousteau, alertaron de este desembarco visible del macrismo para manejar el gobierno de Milei y la reacción fue inmediata. Referentes del PRO como Cristian Ritondo y María Eugenia Vidal salieron a negar los hechos y refutar lo que, en la práctica, queda cada vez más de manifiesto.
La decisión de hablar y negar, de todos modos, es una simulación, porque el fondo está claro. Hay un acuerdo político concreto entre las dos partes, que tuvo al despido de Chirilo como eje central de un pacto que hicieron Macri y el asesor estrella de Milei, Santiago Caputo, en su más reciente mitin. Finalmente, el ex mandatario logró convencer al "Círculo de Hierro" de confianza de Milei que no tienen en el banco de suplentes cuadros técnicos que puedan solucionar la obsesión del calabrés: los errores y vacíos de gestión del Ejecutivo libertario. Esta situación de fusión de hecho en el poder, donde Macri empieza a mandar desde adentro, no la esconden el Presidente ni el ex.
"Nos han pedido colaboración", dijo Mauricio a la salida del almuerzo marplatense con ceos, consultado sobre el desembarco en Energía. Validó la intervención de su propio gobierno el Presidente Milei, horas más tarde, al terminar su exposición en el Coloquio de IDEA. "Sí, nosotros trabajamos regularmente con el presidente Macri y tenemos un diálogo muy profundo", respondió cuando le consultaron sobre la frase de Macri. Un match sin rodeos.
Comida de "reivindicación" del Ingeniero
El almuerzo de Macri en Mar del Plata lo armó, semanas atrás, Gastón Remy, uno de los ceos que lo militan desde 2017. Se conocieron cuando Remy, hoy titular de una empresa llamada Nuqlea (una plataforma de proveedores de la industria en la que invierte Manu Ginobili) estaba al frente de la petroquímica Dow, hoy a punto de cerrar por la crisis de Milei. Macri solía ponerlo de ejemplo de un ceo emprendedor.
Remy es la punta de lanza de un síntoma nuevo: el empresariado que ve en el PRO una transición conservadora más institucionalista y menos violenta que los libertarios. Una especie de Círculo Rojo neo macrista. En esa comida antes mencionada participaron, también, Daniel de Nigris, de Exxon Móbil; Juan Donicelli, de la agrícola Glencore; Alberto Pizzi, de Securion; Sergio Faifman, de Loma Negra; Milagros Arguello, de la minera BSG; Cristina Bomchil, de Valuar; Gustavo Salinas, de Toyota; el ceo de Syngenta, Marcos Bradley; Leandro Cazzorla, de ADECCO y José Cammilleri, de General Motors.
Allí Macri, acompañado por Ritondo, elogió a Tetammanti, la nueva secretaria de Energía, que había sifo ejecutiva de la gasífera Camuzzi y, luego, la segunda de Emilio Apud en los equipos energéticos de Bullrich. Lo que no pudo precisar o responder fue qué pasará el año que viene: si este desembarco del PRO en el Gobierno de Milei terminará no ya con listas conjuntas para las legislativas, sino con dirigentes amarillos en posiciones importantes en esas nóminas. Eso quiere Macri.