En septiembre la balanza comercial argentina fue superavitaria por 981 millones de dólares, informó Indec este viernes. Es el segundo menor resultado de 2024, después de incipiente enero, y se explica en buena medida por la moderación de la tendencia a la caída de las importaciones, al tiempo que las exportaciones mostraron un buen dinamismo pero debieron compensar precios a la baja. 

En lo que va del año, las compras al exterior cayeron 24,2 por ciento y las exportaciones se incrementaron 15,5 por ciento. En septiembre además impactó la reducción de la alícuota del impuesto PAÍS tanto para bienes como en los fletes. En el año, unos 15.000 millones de dólares entraron netos al país por la vía comercial. Este cuadro contrasta con el fuerte déficit que enfrentó el Gobierno anterior.

En septiembre, normalmente el ingreso de divisas por exportaciones tiende a suavizarse porque queda atrás el período de la cosecha gruesa de soja. En paralelo, las importaciones aminoraron su tasa de caída, pronunciada en los primeros meses del año de la mano de la recesión. Un factor a destacar es la disminución de la alícuota del Impuesto PAIS sobre las adquisiciones de bienes, lo cual abarató las compras externas. El volumen comercializado (es decir la suma de exportaciones e importaciones) fue el mayor en el año y llegó a 12.888 millones de dólares.

En detalle

Las exportaciones totalizaron 6.934 millones de dólares y crecieron 20,6 por ciento interanual, por arriba de la tasa media en este año. Se destacó el crecimiento de las manufacturas de origen agropecuario (MOA), que saltaron un 47,8 por ciento, producto de mayores despachos de residuos y desperdicios de las industrias alimentarias y por grasas y aceites, mientras que los precios de exportación cayeron. 

En segundo lugar, sobresalieron las ventas de petróleo (crudo) y otros combustibles, que aumentaron 33,5 por ciento interanual, también con caída de precios. Entre las manufacturas de origen industrial (MOI), las exportaciones aumentaron 7,2 por ciento y la principal suba se registró en piedras, metales preciosos y sus manufacturas.

Las importaciones alcanzaron unos 5.954 millones de dólares, con lo cual cayeron un 8,8 por ciento, que es una variación mucho más leve que la experimentada en los meses previos (en promedio 25 por ciento). Además se observó un crecimiento en el rubro de los bienes de consumo, que aumentaron 15 por ciento, un evento poco alentador para la industria doméstica pero que es favorecido por la política económica no sólo por eliminar el impuesto PAIS sino de reducir plazos para acceder a divisas a los importadores y “simplificar” burocráticamente el proceso de importar. 

La disminución arancelaria de los productos con la alícuota Mercosur tiene efectos a partir de octubre. De todos modos, las importaciones de bienes de capital e insumos, más vinculadas con la actividad industrial local, siguieron con una trayectoria a la baja, cayeron 2,3 y 2,5 por ciento respectivamente.

Lo mismo ocurrió en aquellas vinculadas al sector automotriz: las compras de vehículos cayeron 2,8 y la de partes y accesorios, 13,6 por ciento. Sobresalieron asimismo las menores compras de combustibles, que cayeron 67,9 por ciento versus septiembre de 2023, por menores adquisiciones de gas y gasoil principalmente, a partir de la sustitución por Vaca Muerta.

En los nueve meses de 2024, las exportaciones registraron un aumento de 15,5 por ciento, alcanzando un valor total de 59.124 millones de dólares. En el caso de las importaciones, en el año alcanzaron un valor de 44.049 millones de dólares, lo que representó una caída del 24,2 por ciento en comparación con el mismo período del año anterior. 

En tanto, el saldo comercial acumulado en nueve meses registró un superávit de 15.075 millones de dólares, muy superior al déficit de casi 7.000 millones de dólares que enfrentó la administración de gobierno anterior de la mano de la brutal sequía.