La reciente estafa piramidal de RainbowEx no solo dejó a miles de damnificados en San Pedro, donde se estima que al menos 20.000 personas fueron engañadas, sino que también se reveló que tenía presencia en la provincia de San Juan. 

, los integrantes del grupo empezaron a investigar y dieron con un nombre: un hombre que trabaja en el servicio penitenciario. (Foto: NA)

Según las denuncias, alrededor de 650 personas, en su mayoría vinculadas al ámbito penitenciario, habrían participado de este "negocio" de criptomonedas, invirtiendo grandes sumas de dinero en una plataforma que prometía rendimientos atractivos en poco tiempo.

Tras la difusión de las irregularidades de RainbowEx, muchos comenzaron a recordar experiencias similares. El patrón de funcionamiento resultaba familiar y el discurso se repetía. Esto llevó a un grupo inicial de afectados a crear un chat en WhatsApp, donde comenzaron a compartir sus vivencias.

La mujer asiática a la que apodaban "La China"en San Pedro, se hacía llamar Sofía en San Juan. (Foto: Redes Sociales)

Con la urgencia de recuperar su dinero, los integrantes del grupo empezaron a investigar y dieron con un nombre: un hombre que trabaja en el servicio penitenciario. También se enteraron de que la organización incluía a una figura asiática, a quien llamaban Sofía, considerada clave en el esquema. Sin embargo, y tras la investigación en San Pedro, descubrieron que esta mujer no era una experta en finanzas, sino una actriz de Indonesia que había utilizado su imagen para engañar a los inversores.

Cómo operaba RainbowEx en San Juan

En San Juan, los integrantes de RainbowEx estaban organizados en un grupo conocido como Knight San Juan. Se dividían en varios subgrupos de WhatsApp, y allí compartían alertas sobre inversiones y operaciones. Los damnificados recibían instrucciones sobre cómo comprar y vender criptomonedas, todo bajo la promesa de obtener ganancias rápidas. Sin embargo, al no tener conocimientos previos sobre el mercado, muchos confiaron ciegamente en las indicaciones de sus líderes.

Ernesto, un joven penitenciario, invirtió un millón de pesos, convencido de que estaba en el camino correcto hacia la riqueza. "Te mandaban un flyer con las monedas a operar y el horario. Creíamos que estábamos ganando dinero", comentó.

La situación se complicó cuando los retiros se congelaron tras el escándalo en San Pedro. "El martes nos dijeron que no podríamos sacar el dinero. Creímos que era un problema temporal", explicó Alejandro, otro afectado que se unió al grupo por recomendaciones de conocidos. En su búsqueda de respuestas, se enteró de que muchos de sus compañeros también habían caído en la trampa.

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