El compromiso que tenía que asumir el líder Vélez en esta oportunidad no era nada sencillo. Le tocaba visitar la cancha de River, para continuar con la búsqueda de consolidación en su intención de adjudicarse el campeonato.
El equipo de Gallardo, si bien se encuentra más retrasado de la cima, afrontaba el duelo con la mayoría de sus jugadores titulares. Este punto no era para desatender, debido a que el martes próximo jugará la ida de las semifinales de la Copa Libertadores en Brasil.
La diferencia ente ambos conjuntos se comenzó a notar desde los primeros minutos. Vélez es un plantel con una idea de juego bien ejecutada, y con el tiempo de rodaje necesario que lo ubica como el mejor del torneo. El ciclo comenzó precisamente frente a River, con aquella derrota 5-0 ante el equipo que dirigía Martín Demichelis, en febrero último por la Copa de la Liga.
Quinteros se puso firme en el vestuario para hacer reaccionar a los futbolistas después de padecer esa goleada, y el rumbo se enderezó para obtener el subcampeonato en ese torneo, y llegar a este presente óptimo. Con esos argumentos fue el que tuvo el control del juego, y logró ponerse en ventaja con un descuido defensivo de River. Aquino lanzó la pelota al área desde la derecha, y Romero convirtió con el pecho.
Por su parte, a River todavía le falta más tiempo para plasmar su esquema, ya que lo pudo llevar adelante en algunas ocasiones, pero en otras exhibe ciertas dudas en relación a su juego. El triunfo ante Atlético Tucumán fue una de sus más destacadas demostraciones, y en pasajes del encuentro en la cancha de Boca. El resto de sus presentaciones fueron irregulares.
El nivel bajo de Borja es otro factor que le impide desnivelar. El colombiano desperdició una gran ocasión para empatar cuando se encontraba ante el arquero, y éste le terminó desviando el remate con la mano derecha.
Borja pudo tener su revancha en los primeros instantes del segundo tiempo, cuando ejecutó con acierto un penal, después de que el VAR detectó una mano de Romero en un intento de rechazar la pelota. El delantero llevaba cinco partidos sin convertir.
El partido tuvo un poco más de atracción luego del empate, y los dos fueron en busca del desequilibrio. Tanto Vélez como River tuvieron chances para convertir, pero entre los arqueros y la falta de precisión lo impidieron.
Los de Liniers se fueron conformes con la igualdad, que le permite seguir arriba de todos y haber dejado atrás un adversario de riesgo. El local dejó pasar su chance para acercarse al líder, y su mayor preocupación estará puesta en la Copa Libertadores, donde tendrá una semana crucial.