Vereda pizzera

Un bardo de los buenos se armó en Haedo, quizás el barrio con más recorrido under de la Zona Oeste del Gran Buenos Aires. Pizza Bardo es un proyecto que se fue gestando vermú mediante en una charla de amigos: “¿Y si ponemos una pizzería?”, se preguntaron Uchi, Tomas y Esteban, tres amigos que poco sabían de gastronomía, pero que supieron compensar esa falta con actitud y buenas intenciones.

En marzo de 2023 alquilaron un pequeño local sobre la calle Emilio Castro; poco después llegó el horno de barro y enseguida comenzaron las pruebas. Con amigos y familiares de jurados, testearon masas con diferentes harinas, salsas, quesos, ingredientes, tiempos de fermentación y un sinfín de variables hasta encontrar la fórmula ideal. Pensado como take away, delivery y punto de encuentro en la vereda, en un cartel de luces de neón en su fachada ellos mismos definen a la propuesta como una “pizza de calle”, inspirada en el estilo napolitano de fermentación larga y cocción a alta temperatura, sin caer en fundamentalismos tradicionalistas.

El menú arranca con tres versiones de fainá, sola ($2800), con provolone gratinado ($3300) y una fainazzeta con cebolla confitada ($3800). Luego llega el turno de las pizzas, como la QTM ($11000), con crema de ajos asados, mozzarella, láminas de papa, parmesano y romero; o, una de las favoritas, la Deportivo Morrón ($11000), con salsa de tomate, mozzarella, lomo ahumado, pasta de morrones asados, parmesano, olivas negras y orégano. Tienen también el calzone Dios salve al Rey ($11000), que rinde homenaje a el Rey del Calzone, el histórico bodegón de Mar del Plata, que lleva mozzarella, pepperoni, lomo ahumado y provolone. Para el final, postres conocidos como tiramisú ($5800) o chocotorta ($5800).

Algunos cócteles, vinos de bodegas poco vistas y hasta un gin hecho exclusivamente para ellos por una destilería de la zona (Ginevré) terminan de armar una propuesta que se ganó el corazón de los vecinos. Tanto que, este 26 de octubre, cumplen su primer año de vida, y lo festejan ganando la vereda con artistas, pizza y sorpresas.

Pizza Bardo queda en Gdor. Emilio Castro 229, Haedo. Horario de atención: miércoles a domingos de 19:30 a 23. Instagram: @pizzabardo.

La dupla ideal

Caverna Café nació hace un año como un sueño compartido entre Camila y Lucía, barista la primera, pastelera la segunda, una dupla ideal para armar un café entre ambas. Mientras muchas cafeterías pecan por mala repostería, y, del otro lado, muchas pastelerías tienen un café mediocre, acá la mirada abarca los dos lados de la ecuación. El café del día que ofrecen es de Fuego Tostadores, con granos de especialidad provenientes de Brasil, aunque suelen sumar otras variedades para mantener la sorpresa. Desde la apertura, la respuesta del público fue creciendo, posicionando a Caverna como una propuesta novedosa para el barrio de Haedo, todo en una calle tranquila que todavía tiene adoquines y aires de tradición. El lugar, con unas mesas dentro y otras en la vereda, expresa calidez, atención al detalle y una dedicación que se palpa en cada taza de café, en cada porción de torta, incluso en la música que reproducen en el local (en una pared se ven tapas de discos de The Beatles, se lo ve a Charly con Spinetta, se ve a los The Beach Boys, marcando gustos personales de sus dueñas).

De lado pastelero, el mostrador se completa cada día desde cero, según temporada y disponibilidad, con productos que van de clásicos argentinos (como la pasta frola de membrillo y frutos rojos a $4500) a las ya instaladas cookies de diferentes sabores ($3500/$4500), también budín de chocolate y avellanas ($5000) y alfajores como el de pistacho y dulce de leche ($3500). Se pueden sumar fosforitos de jamón y queso de glaseado perfecto, tortas decoradas con flores comestibles, medialunas generosas. Todas tentaciones que merecen ser acompañadas de un espresso ($2200), un Flat White ($3800) o, si el clima amerita, un refrescante cold brew macerado con pomelo y rosas ($4000).

Para los que creen que las cafeterías de especialidad son tan sólo un fenómeno palermitano, de nicho hipster e influencia acotada, Caverna Café viene a desarmar el prejuicio. En una calle de barrio, en el oeste bonaerense, un lugar que conquistó a vecinos con honestidad y sabor.

Caverna Café queda en Marcos Sastre 92, Haedo. Horario de atención: martes a viernes de 11 a 20 y sábados de 10 a 20. Instagram: @cavernacafe_.

Dulce veranito

Hay pocos rubros gastronómicos con tanto local tradicional como el de las heladerías. Un buen ejemplo es Las Flores, ícono de Haedo, nacido entre 1965 y 1968 (la fecha exacta se pierde en los anaqueles de la historia) por José María Braga, un apasionado del oficio que se formó en otro ícono, la histórica heladería Mario, del mismo barrio. Cuando Mario se mudó a la estación de Flores, José siguió su propio camino en Haedo, convencido de que, como él decía, “la gente va a venir igual, por la calidad del helado”.

La esencia de esta heladería es su apego al sabor de siempre, con una férrea defensa de la tradición, la misma que priorizan sus clientes cuando toman sus helados sentados en las escaleras de la galería donde está el local, o cruzan con su cucurucho a la vieja estación de tren que hay justo enfrente.

Juan, empleado de toda la vida del fundador, está hoy a cargo de la heladería, y cuenta: “El proceso es 100% artesanal: hacemos hasta el dulce de leche base, para luego, con él, elaborar el helado. Los gustos que más se destacan son justamente ese mismo dulce de leche, y también la vainilla, que preparamos usando chauchas de vainilla natural, sin esencias artificiales”.

Que quede claro: acá no se viene en búsqueda de gustos extravagantes y combinaciones exóticas, acá no se persigue la moda efímera. Incluso se cuenta que José se molestaba cuando le pedían un dulce de leche granizado, un capricho que le parecía ya una ofensa a la verdadera tradición. En cambio, sí vale la pena buscar los helados frutales, que se hacen en la estación de cada fruta elegida, adaptando así la oferta a cada momento del año. Tanto es así que resulta normal ver en el piso del local los cajones de fruta fresca (por ejemplo, las deliciosas frutillas que hay ahora en el mercado), en la espera de ser procesados. Con precios que van de los $2500 para un vaso pequeño a los $14.000 del kilo de helado, pasando por los $4900 del cucurucho, Las Flores se erige como uno de esos lugares inmortales, que tan bien le hacen al helado argentino.

Las Flores queda en Carlos Tejedor 1359, Haedo. Horario de atención: todos los días de 11:30 a 23:30. Instagram: @heladeria_flores_haedo