En los primeros ocho meses del año el número de recuperadores urbanos –popularmente llamados cartoneros- de Rosario creció un 13%, según una encuesta elaborada por la Municipalidad que relevó a 819 personas en esa actividad. Desde el Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE), que organiza la tarea en cooperativas, estiman que son unos 4 mil, porque el informe oficial sólo incluye a quienes “cartonean” en el centro de la ciudad. “Hay un aumento muy notable, cada dos cuadras te cruzás con tres personas recolectando cartones”, dijo a Rosario/12 Celeste Sala, promotora ambiental de la Federación Argentina de Cartoneros, Carreros y Recicladores (FACCyR). La información oficial afirma que la mayoría (90%) son varones, “muchos de los cuales provienen de otras actividades en receso, como la construcción”. El titular de la Uocra, Sixto Irrazabal, contó que en lo que va del año perdió unos 8 mil afiliados por la parálisis de la obra pública. “Puede ser, se dedican a cualquier cosa los chicos, a hacer tortas, choripán, pollos, cada uno hace lo que puede”, dijo.

Si el crecimiento del número de recicladores -tanto el relevado por el municipio como el que estima el MTE- puede adjudicarse a la caída económica que deriva en crisis de empleo, ese aumento produce, como efecto paradójico, una saturación del “mercado” del cartón. “Hay mucha gente que ha perdido su trabajo y la verdad es que sí, hay muchos más que se están dedicando al cartoneo”, dijo Salas a este diario, y estimó que en toda la ciudad hay unos 4.000 recicladores.

El municipio realizó una encuesta sobre el sector, a fines de septiembre, que arrojó como resultado un incremento del 40% en los últimos tres años y de un 13% en los primeros ocho meses de 2024.

La promotora ambiental del MTE señaló que ese incremento “es un problema”, porque en paralelo “bajó mucho el consumo: la gente consume mucho menos” y, como consecuencia, hay menor cantidad de material para reciclar.

“La situación para muchos recuperadores y recuperadoras de la ciudad está bastante complicada. Es muy poco lo que se está recuperando de las calles, y bajó demasiado el precio de los materiales”, precisó Salas.

El precio del kilo de cartón varía según dónde se venda y cómo se pague. En las compra-ventas barriales, explicó la militante del MTE, se paga entre 60 y 70 pesos. “Nosotros desde la cooperativa, como no tenemos intermediario y va directamente a la industria, les estamos pagando 150 a los compañeros”, explicó.

Pero las cooperativas de recicladores, al no manejar dinero en efectivo y tener “todo bancarizado y en blanco”, pagan cada 15 días. “Los pagos salen quincenales. Es difícil que los compañeros puedan llevar todo su material, porque el compañero de calle trabaja para vivir el día a día”, explicó.

En aumento

El censo de recuperadores urbanos que llevó adelante la Secretaría de Desarrollo Humano en las últimas semanas de septiembre arrojó que había 582 recicladores que recogían materiales en el sector delimitado por avenida Pellegrini, bulevar Oroño y el río.

El trabajo da cuenta de “un incremento en la cifra de 237 recuperadores nuevos, con lo que se totaliza 819 recuperadores. Es decir que, en relación a tres años atrás, la población de recicladores que recolectan materiales en el centro y macrocentro de la ciudad creció un 40%”. Del total, “el 13% se volcó a esta actividad en lo que va del año”, señala el trabajo oficial.

El secretario de Desarrollo Humano, Nicolás Gianelloni, dijo que “esto no hace más que poner en números el fenómeno al que venimos asistiendo en el último tiempo. A aquellos que teníamos identificados en los distintos circuitos, se le sumó más gente en el último tiempo”.

Al presentar el informe, el secretario de Ambiente y Espacio Público, Luciano Marelli, sostuvo que “notamos fundamentalmente la incorporación de personas que realizaban otras actividades y se incorporaron a recorrer contenedores no sólo para recolectar cartón o aluminio, sino otros materiales que puedan tener algún precio de reventa generando un impacto en la higiene urbana”.

La encuesta afirma que muchos de ellos “provienen de otras actividades en receso, como la construcción”. Consultado al respecto, el secretario general de la Uocra Rosario, Sixto Irrazabal, explicó que no puede confirmar cuántos de los obreros que quedaron sin empleo pueden haberse incorporado a la recolección informal.

“Pero puede ser, hacen cualquier cosa los chicos. Cada uno hace lo que puede”, dijo, y pronosticó que “en los próximos meses puede haber compañeros de otros gremios con el cartón”. En lo que va del año, el gremio perdió unos 8 mil puestos de trabajo como resultado de la decisión del Gobierno nacional de paralizar la obra pública.

M’ijo el cartonero

El rango etario de la mayor porción de los carreros o recolectores informales coincide con la edad de la juventud que, a la vez, es la más afectada por la pobreza y la indigencia, según las estadísticas oficiales.

El relevamiento que realizó el municipio a fines de septiembre indica que más de la mitad de los encuestados, un 52%, tienen entre 20 y 35 años. “La gran mayoría, superando el 75%, no supera los 50 años de edad. Esto quiere decir que 3 de cada 4 recolectores son jóvenes”, dice el informe.

Y agrega que, “si bien la franja que va de 18 a 50 años sigue siendo la dominante, en los últimos tres años ha aumentado un 10% la cantidad de personas entre 50 y 75 años dedicadas al recupero”, porque la crisis no distingue edades.

De acuerdo al informe municipal, el 92,4% de los encuestados encuentra en el recupero de materiales en vía pública su principal fuente de ingreso.

“Aunque más de mitad (50,9%) manifestó tener otro trabajo, lo realizan de modo eventual”, es decir, changas. A contrapelo de las miradas prejuiciosas, “más del 80% no recibe ningún tipo de subsidio por parte del Estado”.

La jornada de las y los carreros puede extender entre 8 y 12 horas. En ocasiones, la extensión del tiempo de trabajo está sujeta a la suerte de lo que se encuentra en los contenedores: si hay mucho y bueno, el día de recolección se acorta.

“Casi el 80% de los recuperadores urbanos realiza dos turnos de tareas y el 43,8% ocupa entre 8 y 12 horas diarias. En ese lapso, revisan en promedio entre 30 y 35 contenedores al día”, señala el relevamiento oficial.

 

“Hay compañeros que salen a la mañana y le dan todo el día, otras que vuelven y salen otra vez a la tarde”, dijo Celeste sala. La carga horaria, añadió, “depende del material que se logre recolectar. Lo que pasa es que la mayoría vive el día a día. Depende de cómo te vaya, en muchas ocasiones no te alcanza ni para la diaria”.