Franco Colapinto volvió a sumar en la Fórmula 1. En una carrera en la que debió trabajar mucho y en la que mostró las virtudes que despertaron elogios desde que llegó a la máxima categoría, el piloto argentino finalizó décimo en el Gran Premio de Estados Unidos, que se resolvió con un espectacular 1-2 de Ferrari con Charles Leclerc y Carlos Sainz y que dejó a Max Verstappen más cerca del título tras subirse al último escalón del podio.

Una estrategia acertada, una gran ejecución y un ritmo que no decayó en ningún momento de la carrera se conjugaron para que Colapinto completará otro Gran Premio que justificó su presencia en la Fórmula 1. Por las sanciones a Liam Lawson y George Russell, el piloto de Pilar largó décimoquinto, con unos neumáticos duros que lo obligaban a un gran esfuerzo para no perder terreno con sus rivales y a una gran dosificación para hacerlos valer con el correr de la competencia.

Lejos del sábado complicado que había tenido, Colapinto se mostró mucho más cómodo con su Williams a lo largo de las 56 vueltas del Gran Premio de Estados Unidos. Con un ritmo consistente fue avanzando en la fila, mientras sus rivales, casi todos con gomas medias, se iban deteniendo en los boxes. "El equipo no quería largar con gomas duras y yo digo ‘daaaale, amigo’… no querían pero los convencí. Así que capaz si el año que viene no tengo butaca, me hago ingeniero en estrategia”, explicó entre risas el argentino sobre la estrategia elegida. Así llegó a colocarse séptimo, con un gran sobrepaso sobre Fernando Alonso, con 38 vueltas recorridas, pero con la obligación de parar para colocar los neumáticos medios.

Tras aguantar a Checo Pérez durante cinco giros y detenerse en los pits, se vio lo mejor del argentino: tras los boxes, volvió duodécimo, con Kevin Magnussen justo a la cola y con gomas ya en temperatura de carrera. Pero a pesar de la presión de danés, pudo sostener la posición e, incluso, avanzar un lugar por un trompo que hizo el japonés Yuki Tsunoda unas vueltas más tarde. 

Con neumáticos nuevos, no tuvo problemas en ponerse a la cola de Pierre Gasly y superarlo a diez vueltas para el final, para colocarse en la zona de puntos. Y en ese último segmento marcó la vuelta más rápida y le descontó cinco segundos a Lawson, pero le faltaron unos giros para intentar superarlo. Eran dos puntos, pero un puñado de vueltas antes del final, Esteban Ocon entró a boxes, puso neumáticos blancos y le quitó el punto extra por el giro más veloz. "La vuelta rápida hasta casi el final, hasta que me la sacó este, el francés, que me la devuelva. ¿Para qué entra a boxes?, gastan gomas, que cuiden el planeta, boludo", volvió a bromear. Así, en su cuarta carrera, el argentino volvió a superar a su compañero Alex Albon, que finalizó decimosexto, y volvió a sumar por segunda ocasión, un balance más que positivo para su condición de debutante. "Mostramos que estamos muy fuertes", agregó.

De manera paralela, Ferrari completó un triunfo fantástico, que se comenzó a construir en la primera curva, cuando Charles Leclerc aprovechó la pelea entre Verstappen y Norris para saltar del cuarto al primer lugar. Con el monegasco líder a un ritmo indetenible y con Sainz como escudero, la emoción se posó en el último lugar del podio, con la lucha entre Verstappen y Norris. En el circuito, la solidez del McLaren se impuso a la muñeca del campeón del mundo, pero el británico sufrió una penalización de cinco segundos por salirse de los límites de la pista y el neerlandés se fue de Austin con cuatro puntos más de ventaja. Ahora lidera con 354 unidades contra las 297 de Norris y las 275 de Leclerc. En el de constructores, la floja campaña de Checo Pérez le da la ventaja a McLaren, que comanda con 547 puntos, contra los 496 de Red Bull y los 484 Ferrari. Quedan cinco carreras y la semana que viene el circuito de los Hermanos Rodríguez en México marcará un nuevo capítulo de una lucha que promete extenderse hasta la última prueba.