¿Podemos aprender algo del micelio, la estructura reticular subterránea que integra el cuerpo vegetativo de los hongos y que puede conectar a las plantas entre sí? En caso de que sí, ¿qué podemos aprender?
Una respuesta posible se despliega en las páginas de Seamos como los hongos. El arte y las enseñanzas del micelio, libro de la investigadora y artista Yasmine Ostendorf-Rodríguez (México-Países Bajos), quien propone una mirada micológica para definir modelos de colaboración y organización sustentables y justos.
La premisa de este libro -publicado por Caja Negra- es que el entramado micélico forma un sistema ecológico fascinante, de utilidad como metáfora de posibles maneras de pensar y de organizarse.
Basado en conversaciones con guardianes de la sabiduría indígena, colectivos artísticos de México, América del Sur y el Caribe, ambientalistas, feministas, expertos en la materia y movimientos por la defensa de la tierra, es un viaje por el reino Funga que transita regiones diversas y dialoga con la botánica, el chamanismo y los postulados de Donna Haraway y Anna Tsing.
