Sun Araw es el alter ego con el que el músico y productor texano Cameron Stallones viene gestando su notable aleación de dub lo-fi retrofuturista desde 2008. Bajos pesados, sonidos derretidos, percusiones que parecen salidas de un TDK ultragastado y ecos que mutan en tramas interminables componen el universo de este proyecto fuertemente anclado en repeticiones y procesos de loopeo.
Luego de terminar su álbum Gazebo Effect (2015), Cameron enfrentó una elección: “Me di cuenta de que podía hacer mil álbumes más que sonaran así, improvisando en ese método, explorando diferentes texturas, distintos colaboradores; y que serían buenos y diversos. Pero, de alguna manera, eso casi me asustó. Así que me desafié a ir en otra dirección, una que incluía mucho texto, letras y canto, que habían quedado totalmente fuera de Gazebo”.
Ese fue el disparador para The Saddle of the Increate, su nuevo disco, publicado a principios de año e inspirado fuertemente en un libro de Alice Bailey sobre la interpretación zodiacal de los trabajos de Hércules. Stallones cree que es “una historia cuidadosamente elaborada y antigua sobre la ciencia de encontrar y usar los poderes internos que te devuelvan a casa”.
Aunque el sonido de Sun Araw siempre estuvo ligado al loop, lo que Cameron ha desarrollado desde Belomancie (2014) es alucinante y sin repeticiones fáciles de identificar. “The Inner Treaty –el anterior, de 2012– fue el primero en el que dejé de usar figuras loopeadas de batería o bajo para construir las canciones, y donde me di cuenta del potencial de escuchar el loop pero no tocarlo. Eso está muy arraigado en cómo pienso ahora, en escuchar la melodía internamente, pero sobre todo evitarla y buscar material nuevo afuera”, explica sobre esta especie de sistema central de sensación y pulso que mantiene todo junto, aunque tratando de generar perspectivas nuevas e inusuales. “Es una estructura que incluye su propia interrupción como parte, lo que creo que genera mucha intriga y gran rango dinámico en la música.”
En vivo, Cameron usa su guitarra, una laptop con Live y el controlador Push, que le hizo notar cuán rápido y musicalmente podía procesar cosas en vivo. “Anteriormente usaba looperas de audio, donde el audio real se está capturando y reproduciendo. Con loopeo MIDI, en realidad sólo se graban los datos de la ejecución: la nota, cuánto tiempo y qué tan fuerte se tocó, etcétera. El sonido se crea más adelante en la cadena de dispositivos. Entonces, las posibilidades de manipular esa información antes de que sea sonido son mucho más amplias que con audio grabado. Podés cambiar la voz del sintetizador, modificar las notas, crear arpegios, invertir las cosas hacia adelante y hacia atrás, ¡hay un millón de cosas que podés hacer!”.
Entre las maravillas que ha gestado se encuentra un disco junto a la leyenda de reggae vocal The Congos, para el sello neoyorkino RVNG, una experiencia que le deparó gran aprendizaje: “El espíritu del ‘hacelo vos mismo’ todavía gobierna todo allí. En nuestro caso, grabamos casi todo el álbum directo a la consola porque así tenían configurado el estudio. Una vez que entramos en ese método, encontramos todo tipo de tonos, especialmente de guitarra, que nunca hubieran salido de otra manera. Pero eso realmente se deriva del espíritu del Rasta, que en el mejor de los casos se trata de autodeterminación y de darse cuenta del valor de la fuerza que está naturalmente dentro de ti”.
* Sábado 25/11 desde las 18 en Festival Hyperlocal, Xirgu Espacio Untref, Chacabuco 875.