Docentes porteños cuestionaron la reforma educativa que prepara la gestión de Jorge Macri para poner en marcha a partir de 2025, un plan que busca cambiar el sistema de aprobación de grados y pretende rearmar la distribución de los puestos de trabajo docentes, entre otras cosas.

Bajo el nombre “Secundaria Aprende”, se espera que en una primera instancia el plan se aplique en 30 instituciones públicas y privadas, que se ofrecieron voluntariamente a participar del proyecto.

Entre los puntos más importantes, las modificaciones incluyen la eliminación de las materias previas, el impulso a una enseñanza más personalizada y un cambio en las materias centrales a la hora de evaluar los rendimientos.

Sin previas, aquellos alumnos que desaprueben materias pasarán de curso, pero tendrán un “refuerzo del saber no adquirido”. Hasta que no se apruebe ese nivel no podrán avanzar.

Además, los alumnos podrán elegir sus intereses y habrá algunas materias en las que el docente dará el contenido prioritario de las asignaturas y luego el alumno podrá elegir si profundizar en ellas.

En el ámibto docente también habrá cambios, ya que la reforma plantea la reorganización de la Planta Orgánica Funcional (POF), que busca evitar que un mismo docente trabaje en varias escuelas para, así, concentrar todas las horas en una misma institución, favoreciendo el seguimiento de los alumnos.

Sin embargo, docentes de la Ciudad de Buenos Aires cuestionan que la iniciativa no fue consultada ni con las familias ni con los trabajadores –tal como dicen desde el Gobierno– y advirtieron que podría afectar a la calidad del contenido, así como a los puestos de trabajo.

Miguel Merolla, docente de la Escuela Técnica Nº8 de Parque Avellaneda, explicó por la 750: “Es una reforma que, más allá de ser inconsulta, plantea una serie de cambios tanto para estudiantes como para profesores que no consideramos positivos”.

“En concreto, esta nueva reforma, la tercera que aplican en 17 años, pone en peligro muchas fuentes de trabajo. Se busca que los docentes concentren la carga horaria en una sola escuela. El problema es que, para que algunos docentes concentren, otros van a quedar fuera del sistema”, cuestionó sobre la reforma.

Y añadió: “Además, va a degradar contenidos del área de sociales, que es donde se genera mayor pensamiento crítico. Por otro lado, los estudiantes podrán pasar de nivel, incluso adeudando materias como matemática, por dos años. Esto podría derivar en que jóvenes de 17 años compartan aula con chicos de 13 años”.