Trabajo, inspiración, cultura
Yo soy inspirado, vos tenés una pluma fácil, a él lo que lo jode es que escribe demasiado.
Yo trabajo años cada poema, vos hace un siglo que no sacás un libro, él ya no escribe más.
Yo tengo una formación sólida, vos sos excesivamente teórico, él escribe para los críticos.
Mi escritura tiene la energía primigenia de lo natural, del origen; vos sos algo desprolijo; él escribe con los pies.
Mi escritura es una elaborada síntesis atravesada por toda la cultura de Occidente; a vos se te va la mano con las citas; él está desesperado por mostrar que es culto.
Tradición, cambio, influencias
Yo soy clásico, vos sos anticuado, él es un dinosaurio.
Yo soy moderno, vos estás actualizado, él es un escritor a la page.
Yo soy revolucionario, vos hacés ruido, él se hace el loco.
Mi obra está cargada con la tradición y el espesor de la lengua, vos sos medio españolizante, él no sabe inglés.
Yo hago una poesía que es muy rara en castellano pero que tiene una gran tradición en lengua inglesa, vos leés demasiadas traducciones, lo que él hace los americanos ya lo hicieron hace treinta años.
Yo soy un gran conocedor de la poesía de Fulano, con la cual la mía dialoga permanentemente; a vos te vendría bien leer algo que no sea de Mengano; él es un epígono de Zutano.
Yo tengo un estilo inconfundible, vos cultivás un registro un poco limitado, él no era malo pero hace años que se repite a sí mismo.
Yo me renuevo, vos cambiás de estilo sin profundizar, él no tiene una voz propia.
Éxito, fracaso, relaciones sociales
Yo soy un gran poeta, vos sos bastante conocido, él tiene buena prensa.
La calidad de mi obra ya está fuera de discusión, vos sos un buen tema para papers universitarios, él es una vaca sagrada.
Yo me he ganado un lugar, vos ocupás un lugar, él usurpa un lugar.
A mí me admiran, a vos te respetan, con él intercambian favores.
A mí me temen, a vos te esquivan, a él lo ignoran.
A mí me tienen envidia, a vos mucho no te quieren, a él lo desprecian.
Yo soy incorruptible, vos sos descortés, él es grosero.
Yo estoy inmerso en la literatura contemporánea, vos tenés demasiados amigos, él se la pasa en las presentaciones.
Yo estoy más allá de los chismes y las movidas del ambiente literario, vos estás medio desconectado, él no existe.
Yo soy un maldito, vos un desconocido, él un mediocre.
Mi poesía no impacta en forma inmediata, sino que produce un efecto a largo plazo, como el perfume caro o ciertos venenos mortales; tus poemas son algo desvaídos; con los de él, no pasa nada.
Temas
Yo sondeo mis raíces a través de mi poesía; vos estás completamente sumergido en tus experiencias personales; él me tiene hasta los huevos con su infancia, sus tías y su abuelito.
Yo escribo una poesía del ser; vos a veces sos un poquito abstracto; él, nunca se sabe de qué está hablando.
Yo expreso la energía profunda e irreverente del pueblo, vos hacés populismo, él chapotea en la basura.
Yo trabajo en mis poemas los grandes conflictos contemporáneos, vos estás ideologizado, él baja línea.
Yo me meto con los grandes temas de la filosofía, vos ahogás tus poemas con ideas, él aburre con sus divagaciones.
Escritura, estilo, banderas
Yo tengo un agudo sentido del lenguaje, a vos te encantan los juegos de palabras, lo que él escribe no tiene ni ton ni son.
Yo tengo un oído infalible para el lenguaje que la gente efectivamente habla; vos escribís de un modo bastante chato; él está convencido de que cualquier cosa que escuche en un café es una verdad revelada.
Yo trabajo en el borde de los géneros, a lo tuyo le falta musicalidad, lo de él es prosa cortada a la bartola.
Yo tengo un sentido natural del ritmo; vos sos un prolijo fabricante de versos; los de él tienen un sonsonete insoportable.
Yo soy sublime, vos sos pretencioso, él se cree Hölderlin.
Yo soy conciso, vos sos parco, él carece de recursos.
Mis versos tienen un aliento épico, los tuyos son grandilocuentes, los de él ridículos.
Mis versos son pulidos, los tuyos fríos, los de él aburridos.
Yo atrapo el mundo en imágenes visibles, vos describís, él enumera.
Yo soy directo, vos sencillo, él trivial.
Yo soy sutil, vos sos detallista,él es rebuscado.
Yo soy brillante, vos sos ocurrente, él es frívolo.
Yo soy profundo, vos solemne, él un plomo.
Yo tengo una poderosa vis comica, vos tenés tu gracia, él se cree chistoso.
Yo navego entre diferentes estados de conciencia, vos te perdés, él escribe borracho.
Yo soy romántico, vos sentimental, él sensiblero.
Yo soy barroco, vos sos manierista, él es superficial.
Yo soy objetivista, vos sos minimalista, él es banal.
Yo estoy más allá de todas las banderas y corrientes, vos te creés superior a los demás, él es de una altanería insoportable.
Este texto fue publicado en Diario de poesía en 1996. Fue reeditado en una plaqueta que hizo imprimir María Elena Walsh y envió como tarjeta de año nuevo a sus amistades en diciembre de ese mismo año. Ahora forma parte del volumen Estética del error: apuntes sobre arte y poesía de Daniel Samoilovich que acaba de publicar el Fondo de Cultura Económica.