Por primera vez en 62 años ininterrumpidos Argentina no tendrá un stand oficial en la Feria Internacional del Libro de Frankfurt, un encuentro clave para la industria editorial porque concentra la mayor parte del negocio de compra y venta de derechos.
Consultada al respecto, la profesora argentina en la Universidad de Colonia (Alemania) Victoria Torres explicó el impacto de esta noticia, en medio del ajuste a la cultura que lleva adelante el Gobierno de Javier Milei.
Históricamente, la participación argentina en la Feria de Frankfurt tenía tres pilares. Uno de ellos era la presencia de la Cámara Argentina del Libro, quien sin embargo viajará al evento de forma autofinanciada. Otro era a través de las autoridades de la Fundación el Libro, encargadas de la organización de la Feria del Libro de Buenos Aires. Además, nuestro país solía llevar una delegación de autores y autoras nacionales, cuyas obras eran presentadas en el evento y con quienes se realizaban giras en universidades. "Todo eso era financiado por el Estado. Era una política cultural", señaló Torres, en diálogo con la 750.
"El Programa Sur fue reducido a su mínima expresión. La presencia de autores argentinos, directamente suspendida. Y por eso yo autogestioné un poco esto y convoqué a autores y autoras que estaban cerca, o en Alemania, para poder financiarlo", lamentó.
Por otra parte, Torres indicó que en Alemania ven con "mucha gracia" la figura de Javier Milei pero también con "preocupación".
"En Alemania las universidades, la salud e incluso los trenes son del Estado. El modelo alemán tiene un gran apoyo del Estado. Los alemanes miran a un personaje como Milei —que se expresa tomando como modelo el caso alemán— con mucha gracia, porque justamente si hay algo que funciona acá es el Estado. No sabemos qué es la educación privada", expresó.
"Me parece que es una figura que se toma en cuenta en la coyuntura actual y me parece que para los alemanes es un tema que importa, interesa, preocupa y que desconcierta", remarcó.
Por último, Torres enfatizó en que la motosierra al Estado "no es un capricho", sino que el "ataque a la cultura y la educación es algo pensado".