Víctor Hugo Morales hizo un editorial analizando lo que dejaron los discursos de los ganadores de los Martín Fierro Cine y Series 2024. Entre todos los premiados, destacó la intervención de Norman Briski, quien tocó temas tan importantes como el ajuste en la cultura y la guerra en Medio Oriente. Parado en este punto, dijo: “La admiración es una consejera porfiada. Siempre mira a los Briski. Da fiaca aplaudir a otros”.

El editorial de Víctor Hugo Morales

Pasó de todo anoche. La gente de la película Puan invitó, por si ganaba, al decano de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA, y Ricardo Manetti emocionó con su vibrante discurso.

El gran Norman Briski jugó por el cine. Hecho a la lucha por el arte, preparando alumnos, sosteniendo teatros de ilusión, tiene derecho a dar la pelea. Habla con propiedad.

Eso sí... Briski no aprende: los privilegios están en otro lado, están con el sistema, con los anunciantes, con los sponsors, con los dueños de los medios. Briski dijo lo suyo, y le salió al cruce Brandoni. Y ahí se armó la polémica. Podríamos decir, la película.

Hay un arte que defender, nada menos. Hay un sueño que sostiene Briski en el Calibán de la calle México. Un pasillo y al fondo un teatro, alumnos, jóvenes soñadores, promesas.

Y hay una realidad a la que, los que se adaptan, adoptan los buenos modales. Nada se les reprocha, solo que la admiración es una consejera porfiada. Siempre mira a los Briski. Da fiaca aplaudir a otros.

Uno se rompe las manos por los que luchan. Hay un encanto de cine en ellos, una ficción que enamora. Pero para que suceda, alguien le pone la luz, otro le da sonido con una caña arriba de la cabeza de los actores, alguien grita "¡Silencio, se graba!"... esos se llaman trabajadores. Laburantes de la ilusión.

De eso habla Briski. De una industria agredida por imbéciles que habitan la Casa Rosada como si fuera el castillo de Barbazul. Ladrones sueltos, eso es cierto. Son los nuevos monstruos: el sicario de Wall Street, el arlequino servidor de sus patrones, los custodios de Mondo Cane, Frankenstein, Hannibal Lecter y el Guasón. Personajes que muchas veces son los preferidos, eso también es cierto, y no es ficción.