La coincidencia es notoria. En la cifra que define a los hechos y en la unidad de medida de lo que se arrojó sobre Buenos Aires con 62 años de diferencia. En lo que no hay concordancia posible es en la dimensión de dos episodios históricos que revelan situaciones y actores opuestos. No son lo mismo catorce toneladas de bombas que catorce toneladas de piedras aunque pesen igual. Las bombas se tirar