La presión del gobierno nacional sobre los gobernadores para revertir la el proyecto de reforma del impuesto a las Ganancias ya comenzó a hacerse pública. A las declaraciones del miércoles de un grupo de cinco gobernadores oficialistas y otros cinco opositores, se le sumaron ayer dos nuevos mandatarios. El rionegrino Alberto Weretilnek habló sin medias tintas en contra del proyecto. “Es sumamente grave porque perjudica al conjunto de las provincias. Significa financiar a un sector de la población desfinanciando a otro”, dijo. Para el sanjuanino Sergio Uñac, la iniciativa es negativa porque vuelve a gravar a las mineras para compensar los ingresos faltantes. “La restitución de las retenciones a la minería afectaría a un sector que integra a más de 40 mil familias, entre trabajadores directos e indirectos en San Juan”, opinó Uñac.

Con estas declaraciones ya son doce los mandatarios provinciales que marcan algún tipo de reparo sobre la iniciativa. Sin embargo, su incidencia sobre el Senado no está del todo clara. Los cinco oficialistas no suman nada a los 15 senadores con los que ya cuenta Cambiemos. 

De los restantes y principalmente los peronistas habrá que ver la influencia concreta que ejercen sobre los legisladores ya que varios Diputados votaron a favor pese a la postura que el gobernador adoptó públicamente.

“Si a la pérdida de recursos por la recesión, le sumamos este tipo de leyes, no va a quedar ninguna provincia superavitaria”, estimó Weretilnek. Lo cierto es que el gobernador no tiene ningún senador propio. Algo similar pasa con el socialista Miguel Lifschitz, que ayer dijo que “no es un buen proyecto” y tiene impacto sobre las provincias.

Por su parte, el senador chaqueño del FpV-PJ, Eduardo Aguilar afirmó que “el rol del Senado es mirar los intereses de las provincias” y adelantó que buscará introducirle modificaciones a la media sanción.