Desde la asunción de Javier Milei como presidente de la Nación, la nafta aumentó un 147% en la provincia de Santa Fe. El dato se desprende de un relevamiento del Centro de Estudios Económicos y Sociales “Scalabrini Ortiz” (Ceso), donde se revela que el litro de nafta súper pasó de costar $466 en diciembre a $1.153 en octubre, en suelo santafesino. El incremento registrado quedó seis puntos por debajo de la inflación en ese mismo período, pero aumentó ocho puntos por encima de la variación del dólar. De las ciudades analizadas, Rosario tuvo el precio promedio más alto en surtidor y llenar el tanque del auto en la ciudad cuesta $23.730 más que en diciembre. “Cuando sube el costo del combustible se ve reflejado luego en los precios finales en las góndolas. Desde ya que tiene un impacto muy significativo a nivel de costos productivos y que uno puede notar luego como consumidor final”, advirtió la economista Celina Calore.

El informe mide la evolución del precio de la nafta en la provincia de Santa Fe, entre diciembre de 2023 y octubre de 2024. Para finales del año pasado –en sintonía con el recambio de gobierno– el precio promedio del litro de nafta súper rondaba los $466, mientras que en octubre llegó a los $1.153. Una suba del 147%. “Estos aumentos se encuentran algunos puntos por debajo de la inflación acumulada en el mismo período, que fue del 153%”, señala el informe, pero también agrega: “En comparación al aumento del dólar, que fue del 155%, la nafta aumentó ocho puntos porcentuales por encima de la divisa”.

En estos once meses, la variación de precios más alta estuvo en la localidad de Venado Tuerto (154%), seguida por Rafaela (148%), Rosario (147%), Reconquista (146%) y Santa Fe (143%). Sin embargo, analizando solo los precios del surtidor, en octubre el litro de nafta se consiguió a un precio más alto en Rosario ($1.170), seguido por Reconquista ($1.155), Santa Fe ($1.151), Rafaela ($1.146) y Venado Tuerto ($1.143).

La suba más fuerte tuvo lugar durante los dos primeros meses del mandato de Milei empujada por la devaluación de diciembre, cuando el litro de nafta súper pasó de $466 a $685, un aumento del 49% en menos de un mes. Luego, en enero de este año se produjo otro aumento del 20%, llevando el litro de nafta súper a $820. En los meses siguientes se registraron nuevos aumentos “pero con una fuerte desaceleración”. En concreto, de enero a octubre la suba fue del 41%, posicionando el litro de nafta en un precio promedio de $1.153. A eso se le suma que en octubre, el precio promedio de las naftas descendió un 1% y el gasoil un 2%.

“Lo que se advierten son fuertes aumentos apenas asumido el nuevo gobierno, que se mantuvieron en estos meses, pero con un ritmo menor en la suba de esos precios”, explicó Calore en diálogo con Rosario/12. Para la economista, la desaceleración puede estar asociada a distintas acciones puestas en marcha por el gobierno con el fin de seguir mostrando la baja de la inflación como un logro, entendiendo que el aumento del precio de los combustibles tiene un fuerte impacto en el índice general de precios.

“Lo que se ha hecho es postergar algunas actualizaciones impositivas para que no impacte fuertemente en los precios. Sostener el tipo de cambio oficial, por una evolución por debajo de la inflación también hace que los precios de los combustibles no se tensionen al alza”, ejemplificó la economista del Ceso. Y añadió: “Es decir que hay distintas anclas que están sosteniendo este precio de los combustibles y que hacen evolucionar el período casi a la par o apenas por debajo de la inflación general”.

Con esos aumentos, llenar el tanque de un auto (50 litros) en Rosario cuesta $58.500, lo que significa $23.730 más que en diciembre de 2023. En tanto, un camionero de la ciudad de Santa Fe debe gastar $41.370 para llenar el tanque (gasoil común), lo que representa $23.750 más que a fines del año pasado. Además, llenar un auto de nafta premium en Rafaela cuesta hoy $68.800, cuando en diciembre de 2023 costaba $28.050.

“Lo que estamos viendo es que para el consumidor final, aquel que tiene que cargar nafta en su auto, o bien al que lo usa como transporte en toda la cadena de logística de bienes y productos que se comercializan en el país, el combustible ha tendido un impacto grande”, sostuvo Calore y agregó: “Llenar un tanque hoy sale mucho más caro que lo que salía en el mes de diciembre, antes de la asunción del actual gobierno”.

Para la economista, en este escenario no está muy clara la política del gobierno respecto al precio de los combustibles. Mientras que por un lado la premisa es desregular la economía y que los precios se mantengan en sintonía con el mercado, al mismo tiempo se sigue regulando la parte impositiva, que tiene un peso importante en el precio final, y que es una herramienta para morigerar el impacto de posibles subas por parte de las petroleras.

Un dato en ese sentido es que el presupuesto 2025 contempla un fuerte aumento en la recaudación en lo que respecta al impuesto a los combustibles líquidos. “Eso puede estar asociado a esta actualización que durante el 2024 se pospuso y que podría estar programada para el 2025. Por eso es que se proyecta un aumento de la recaudación en este proyecto de presupuesto que mandó el Ejecutivo”, evaluó Calore. 

 

Por último, la economista consideró que el seguimiento de lo que pase con los combustibles es fundamental por el impacto que tiene en la cadena de distribución: “El 70% de los productos que nosotros consumimos y que vemos en las góndolas de los supermercados se traslada a través de camiones. Cuando sube el costo del combustible se ve reflejado luego en los precios finales en las góndolas. Desde ya que tiene un impacto muy significativo a nivel de costos productivos y que uno puede notar luego como consumidor final”.