La Corte Suprema de Justicia volvió ayer a caer en la mira y la agenda del gobernador Maximiliano Pullaro, que le reeditó su anhelo de renovarla, empezando por quien hoy la preside, Rafael Gutiérrez. Retomó el asunto durante un acto de gobierno en Santa Fe, y a la semana siguiente de que sus aliados socialistas en la Legislatura presentaran un proyecto de reforma judicial cuya propuesta más destacada es la ampliación del número de miembros del máximo tribunal, de los 6 actuales (dos de los cuales están vacantes) a 7. Una propuesta que, si termina en ley, le permitiría al Ejecutivo actual proponer los candidatos para tres poltronas, y dejar en minoría a los 3 ministros que no comulgan con el oficialismo actual.

"Tenemos que renovar la Corte Suprema en Santa Fe, no porque (sus miembros) sean malos, no cuestiono sus fallos, pero necesitamos una Justicia moderna, eficiente, efectiva, que dé respuestas a la sociedad", tiró el mandatario en rueda de prensa. Lo que fijó como deseable connota por decantación que la actual composición no lo cumple. Ni modernos, ni eficientes, ni efectivos, dio a entender.

El gobierno de Unidos arrastra una tensión con el Poder Judicial desde los primeros tramos de la gestión, y de tanto en tanto lo pone en su agenda de reformas pendientes. Pullaro disparó que "la cima de la pirámide judicial, la conducción, hoy no está en condiciones de darle a la sociedad lo que necesita", y reiteró aquello de que el servicio de justicia en Santa Fe es "caro e ineficiente". 

"Si no están en condiciones de decirme cuál es la carga de trabajo para reordenar los cargos más altos que tiene la Justicia y de esa manera ser efectiva, imagínense lo lejos que estamos de llegar a la reforma que sea efectiva y que pueda cumplir los objetivos que nos marcó la sociedad", punzó el jefe del Ejecutivo. 

Pullaro sabe que todavía surfea con el crédito que todo gobernante tiene en el primer año de gestión, y desde esa cresta avanza sobre seguro y dobla la apuesta. Ayer, tras moverle la tarima a los ministros de la Corte, puso sobre la mesa el respaldo político que lo consagró. "Como soy gobernador de Santa Fe, elegido por 1.032.000 de santafesinos, voy hacer lo que tenga que hacer y dar el debate que tenga que dar por más incómodo que sea", lanzó en un tono que pareció evocar al propio Javier Milei y sus declamaciones contra la tan mentada casta.

"Estoy para hacer lo que tenga que hacer, para que el Estado sea eficiente. Si alguno se rebela porque quiere mantener privilegios, me va a tener enfrente. Y si tengo que poner capital político arriba de la mesa y gastarlo, lo voy a gastar, pero les aseguro que en cuatro años las cosas en Santa Fe van a cambiar", enfatizó.