La oposición amigable ha muerto. No tanto por la falta de devotos del dialoguismo --Rodrigo de Loredo y Miguel Ángel Pichetto siguen firmes levantando la bandera del consenso--, sino más por el crecimiento de una pulsión opositora que muestra cada vez más interés en generar alianzas para ponerle límites a Javier Milei. Más interés o, de mínima, menos rechazo. "Se está perdiendo miedo a votar con el kirchnerismo", lo resume un alfil pichettista. Es as