Cynthia García aseguró en su editorial por la 750 que el Presidente Javier Milei “solo se conmueve frente a su propia imagen” y que su llegada al poder no es más que una “aventura personal”. La periodista analizó dos escenas que ocurrieron los últimos días: por un lado, el Presidente amenazando por televisión a Cristian Kirchner y asegurando que le da “morbo” ponerle el “último clavo al ataúd del kirchnerismo” con la expresidenta adentro; y la del mandatario llorando el día de su cumpleaños en la explanada de la Casa Rosada tras recibir un regalo.

El editorial de Cynthia García

Quería hacer una comparación entre dos momentos del presidente. Ayer fue su cumpleaños. Cuando sale de la Rosada, un granadero se acerca y le entrega un gorro. Y él, en un momento de emoción, rompe en llanto. Pero rompe en llanto desde un lugar de congoja. El granadero le acerca el gorro en una presentación dentro de un vidrio, se lo entrega, y él dice: "no, no lo merezco", y le sale un llanto desde lo más profundo. El granadero lo abraza. Uno podría decir que es un momento de emoción, de sensibilidad. Es un momento emotivo. Hasta puede que a alguien le genere empatía que él se emocione de esa manera y llore con ese llanto que nace desde adentro.

Y uno se pregunta cómo se explica esto. Porque es el mismo hombre que, horas antes, emitió una de las frases más violentas de los últimos 40 años. No sé si se puede encontrar un parangón con una imagen institucional más violenta. La palabra pública de Milei es la palabra de todos los argentinos. No es una expresión privada, es una entrevista pública, y del Presidente en su carácter institucional. El Presidente habla de matar a la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner. Lo dice y lo detalla. Es un hecho peor que una amenaza. Es de público conocimiento la expresión de repudio que generó en la mayoría de los dirigentes del arco político. Y también el silencio tremendo de quienes tampoco repudiaron el atentado del 1º de septiembre: el PRO, LLA y la UCR.

Las declaraciones sobre Cristina dentro del cajón y esta imagen de la emoción, ¿cómo se explican? Porque uno podría pensar: "qué sensible que es". Y, en paralelo, tenés a la misma persona que es inmutable frente a lo que generan sus propias políticas. No lo conmueve el hambre, la gente en la calle, la pulverización del poder adquisitivo, los alimentos que se pudren y no son entregados: no lo conmueve nada más que él mismo. Me parece interesante meter esta perspectiva para señalar que lo que ocurre con este hombre es que, para él, todo esto es una aventura personal. Solo tiene la capacidad de conmoverse consigo mismo. Es un ejercicio profundo del narcisismo donde solo se conmueve frente a su propia imagen. Rompe en llanto por él mismo.

Para mí, esto fue muy paradigmático y revelador para entender la dimensión de este tiempo y de este hombre. Con la complicidad de los grandes medios de comunicación, con el apoyo de los CEO y la derecha económica, los empresarios que tal vez no lo quieran a Milei, pero lo siguen apoyando –como lo dijo en ese momento de sinceridad Macri, cuando mencionó que tiene problemas psicológicos– porque les resulta funcional.

Entonces, no hay manera de conmoverse ante este supuesto momento de sensibilidad de Milei, porque somos testigos de un ejercicio de insensibilidad y narcisismo. Milei dice que quiere ver muerto al kirchnerismo y clavarle el último clavo al cajón, y es el mismo que genera esta ecuación de miseria planificada en la que estamos inmersos. 

En esta aventura personal, estamos todos metidos. Nosotros tendremos que ver cómo salimos en un ejercicio colectivo, compensando con las respuestas que pueda dar el campo nacional y popular, en la hoja de ruta, cómo podemos salir de este espejo narcisista en el que estamos atrapados.