Científicos de Estados Unidos anunciaron el hallazgo de lo que sería el depósito de litio más grande del mundo, ubicado en la Caldera McDermitt, un volcán extinto situado entre los estados de Nevada y Oregón. Creen que el yacimiento alberga entre 24 y 40 millones de toneladas de litio. Pero, ¿qué hay de cierto en esto? ¿Podría afectar a un país con grandes reservas de este mineral como Argentina, el cuarto mayor productor del "oro blanco" a nivel global y dueño del 20 por ciento de las reservas del mineral a nivel global?

El magíster en Ciencia, Tecnología y Sociedad y consultor internacional especializado en los modelos de explotación de litio en América Latina, Federico Nacif, le bajó el tono al anuncio de la investigación de los geólogos y vulcanólogos Thomas Benson, Matthew Coble y John Dilles, publicada en Science Advances.

Por la 750, aclaró el panorama: “En realidad, estos anuncios que se presentan con tanta pompa no es la primera vez que se hacen. Esta presentación ya se hizo el año pasado. Son desarrollos de exploraciones que se vienen realizando desde hace varios años”.

Y hay más. El tema no tiene solo que ver con el tiempo, sino con el fondo: “Son anuncios asociados a los intereses de la empresa (que tiene la explotación de la zona), buscando algo que tenga relevancia en el mercado mundial”.

Incluso son yacimientos que no se sabe del todo si serán tales: “Estamos hablando de recursos hipotéticos, de altas concentraciones también hipotéticas. Pero aún se tiene que probar la viabilidad técnica y económica para su explotación. Ni siquiera figuran como recursos en los informes norteamericanos”.

¿A qué se debe esto? A que el hallazgo en Estados Unidos es de litio arcilla. Y hasta el momento, solo es técnica y económicamente factible extraer litio de dos fuentes: la salmuera continental, como tiene Argentina en el norte; y en roca dura, como ocurre en Bolivia.

Para entender esto hay que comprender la matriz de desarrollo del litio, el famoso mineral del futuro debido a que podría protagonizar el paso clave para la transición energética hacia fuentes más limpias, no es un mineral escaso ni mucho menos. 

Lo que ocurre, sin embargo, es que en la última década como nunca se ha incrementado el interés de grandes corporaciones por extraer el carbonato de litio para el desarrollo de baterías para la movilidad eléctrica (autos, colectivos, motos y bicicletas), así como también para la industria electrónica. 

Un ejemplo de esto es que en 2013 la Argentina exportaba menos de 10 mil toneladas de litio al año, lo que representaba menos de 200 millones de dólares, mientras que en 2023 cerró el año con 40 mil toneladas exportadas, lo que representó 805 millones de dólares, de acuerdo con datos de la Bolsa de Comercio de Rosario. 

En su cuenta de X, el ingeniero especializado en litio, exfuncionario durante el gobierno de Alberto Fernández y actual consultor privado, Eduardo Gigante, explicó que “el litio no es un mineral escaso en la corteza terrestre, de hecho, puedo encontrarlo en el mar, en aguas geotermales, en formaciones arcillosas, hasta en un mineral emparentado con la kriptonita, la jadarita", y aclaró: "El tema es que el litio es muy reactivo, eso hace que no lo encuentre en estado puro en la corteza terrestre”.

Gigante aclaró que hoy no existe la tecnología para lograr la separación del litio en todos los depósitos en que se encuentra. "No está el proceso productivo a escala industrial: que se pueda separar en un laboratorio, muy lindo, pero no es que puedo replicar a escala pequeña en una escala muy grande", señaló el experto. 

Este panorama deja una serie de interrogantes abiertos. Por ejemplo, si en el futuro se desarrollará la tecnología necesaria para poder explotar estas fuentes de litio en arcilla, o si, al contrario, se seguirán fortaleciendo las fuentes que tienen países como Argentina, que son principalmente en salmuera.