Alejandro Muszak volverá a prisión en las próximas horas. Así lo decidió la Sala V de la Cámara de Apelaciones, en el marco de la causa que lleva el Juzgado Criminal y Correccional 43 de la Ciudad de Buenos Aires, ya que entiende que el Madoff de Olivos tiene recursos tanto para fugarse como para entorpecer la investigación.

El finacista era el titular de Wenance, una empresa que realizaba intermediación financiera ilegal, sin licencia del Banco Central. Por un lado, tomaba capitales de inversores, a los que les prometía rendimientos extraordinarios en dólares. Por otro, prestaba ese dinero a sectores no bancarizados de la población, con un elevadísimo riesgo crediticio, a través de una aplicación.

Sin embargo, el negocio de Muszak no consistía en prestar dinero sino en emitir y vender títulos por esos créditos basura. De esa manera, les transfería el riego a sus inversores. En 2023, según consta en el expediente, comenzó a duplicar, triplicar y hasta sextuplicar los créditos. 

Es decir, vendía varias veces el mismo crédito, para atraer a nuevos inversores y con esos aportes cubría los pagos por intereses de los inversores pre existentes. Esa es exactamente la definición de un esquema Ponzi. 

La huida hacia adelante se detuvo el 3 de julio del año pasado, cuando decidió fraguar una quiebra, arrastrando consigo a unos ocho mil inversores, por un monto superior a los 300 millones de dólares, que los peritos aún no terminan de precisar.

Justicia

Muszak fue detenido en abril pasado, en el marco de una causa similar iniciada en los tribunales de San Isidro, cuya instrucción avanzó mucho más rápido que la de Ciudad. Tres meses más tarde fue puesto en libertad en un controvertido fallo de cámara, que generó el malestar tanto del fiscal Alejandro Guevara como de la jueza Andrea Rodríguez Mantasty

Pasó esos meses en el penal de Magdalena, dependiente del Servicio Penitenciario Bonaerense, tras ser puesto en libertad, fijó domicilio en la calle La Pampa, en el barrio porteño de Belgrano. Ahora deberá ser trasladado a un penal federal.

La decisión es también una reivindicación para la fiscal interviniente, Mónica Cuñarro, que batalló en soledad y a la que González intentó apartar de la investigación en más de una oportunidad.

Con Muszak nuevamente preso, el incidente de competencia entre el juzgado 43 y el de San Isidro, que González elevó a la Corte Suprema, como último favor a Muszak, antes de dejar el juzgado, pierde relevancia.