En un hecho trascendente para la memoria colectiva, el Senado santafesino aprobó por unanimidad la donación de la quinta La Calamita, de Granadero Baigorria, que fue un centro clandestino de detención y exterminio durante la última dictadura militar. Lo que sancionó la cámara alta es una ley que convalida el decreto del exgobernador Omar Perotti y ahora se espera construir allí un Sitio de la Memoria. Desde la organización Documenta Baigorria, María Celia Fernández, planteó que "es fundamental seguir construyendo memoria, en este espacio físico, que sea también ejemplo para las generaciones futuras y las presentes; para que no hay retroceso". 

Al describir lo que significa la aprobación de la donación, Fernández resumió: "Sería como terminar un trámite administrativo que comenzó hace muchos años, solicitando que el centro clandestino sea declarado sitio de memoria". Primero se intentó con leyes de expropiación que se presentaron en distintos períodos, pero que no llegaron a concretarse. "Hace unos años se comenzó a hablar de donación de parte de los dueños del lugar pero eso llevó todo un proceso que culminó el año pasado, cuando Perotti presentó en la Legislatura el pedido de donación, que tenía que ser aprobado".

En ese contexto, se dio la sanción. "Terminó de ser firmado por ambas cámaras y culmina este proceso, que ahora pasa a ser parte del estado provincial. Ahí se da la posibilidad de construir ahí un sitio de memoria. Nosotros hablamos de sitio, más que de museo, porque es una palabra más amplia y participativa de los ciudadanos de Baigorria y de toda la provincia", señaló Fernández, quien indicó que la semana que viene tendrán reuniones con la Secretaría de Derechos Humanos para analizar los pasos a seguir.

El centro clandestino

La lucha de los organismos por llegar a esta instancia comenzó en 2003. "Distintas organizaciones de derechos humanos han estado sosteniendo desde siempre la historia de lo que pasó en este centro clandestino de detención y la lucha para que esto no se olvide. Costó muchísimo llegar hasta acá. Estamos muy esperanzados con tener este sitio de memoria, emblemático para toda la región", aseguró.

Se trata de uno de los lugares más emblemáticos del terrorismo de estado en la región, una casona que "fue parte de todo el proceso represivo en el que estuvo involucrado el 2° Cuerpo del Ejército", y funcionó desde 1976 hasta 1978. "Ahí detenían a militantes obreros y militantes de organizaciones. Los trasladaron clandestinamente allí, donde fueron torturados y en su mayoría están desaparecidos", recordó Fernández sobre un centenar de personas que pasaron por ese lugar. 

Si bien señaló que durante los juicios de lesa humanidad hubo condenas relacionadas con los responsables de lo que ocurrió en La Calamita, planteó que "la historia todavía no está cerrada en la medida que muchas de esas personas están desaparecidas, sus cuerpos no se han encontrado". Por eso, consideró que "es importante que este lugar sea un sitio de memoria, porque pasó mucha gente por allí y en los juicios se van reconstruyendo los casos". 

En el mismo sentido, Fernández planteó: "En momentos donde el negacionismo y la reivindicación del terrorismo de Estado está tan vigente, nosotros continuamos mostrando que ese no es el camino, sino la verdad y la justicia".