Charly García celebró su cumpleaños número 73 escuchando a Paul Mc Cartney, en Córdoba. En el estadio Mario Alberto Kempes, el británico cerró ayer su ciclo de conciertos, que muy posiblemente sean los últimos que lo traigan por nuestro país. Cumplió 82 años en junio. 

García es uno de los más reconocidos admiradores de los Beatles que existe en la Argentina. Como a casi toda su generación, los cuatro de Liverpool marcaron y rumbearon su obra y existencia. En su último disco, de hecho, grabó una versión castellana de Watching the Wheels, un tema que John Lennon registró en su último álbum de estudio, Double Fantasy.

“Dicen que estoy loco, haga lo que haga. Y me dan cantidad de consejos, buenos para nada”, canta la voz gastada de García en el que posiblemente sea uno de los pasajes más emotivos de La Lógica del Escorpión.

A pesar del perfil de ególatra sensible que construyó durante buena parte de su carrera, García nunca ocultó la devoción para con los Beatles. Viralizada para la ocasión, hay una entrevista bastante reciente en la que asegura que “es más divertido ser fan que artista”. “Yo lo veo a Paul Mc Cartney y me agarra un ‘aaaahhhggg’, una emoción que conmigo no me agarra”, asegura en una añinada declaración de amor y admiración.

Tenía doce años cuando escuchó There’s a Place, uno de los temas incluidos en Please Please Me, y su vida cambió para siempre. La música clásica, campo artístico al que parecía estar destinado y el que nunca abandonó del todo, quedó formalmente a un costado. Eso que escuchó, supo decir, era “música clásica de Marte”.

Como creador, siempre lo maravilló la sociedad compositiva Lennon-Mc Cartney y si bien siempre reconoció a George Harrison y Ringo Star, cada vez que pudo puso en énfasis en el peso de los dos primeros en el devenir de su existencia. Muchas veces asumió haber tomado la estructura de muchas composiciones de los británicos para sus canciones y hasta aceptó haber imitado el look de Lennon en alguna parte de su vida. Dice que era "muy difícil", pero la extensa colección de fotografías que inmortalizaron su día a día permite encontrar algunas referencias bastante claras. Lo mismo sucede con algunos gestos y algunas posturas. 

Quizás por respeto, nunca se animó a introducir un tema del grupo en su cancionero, como si lo hizo con obras de muchos otros artistas que admira, el ejemplo más claro quizás sea I'll Feel A Whole Lot Better, de los Byrds, reconvertido a Me siento mucho mejor, uno de los temas más coreados del repertorio García.

Lo que sí hizo fue incluir dos temas en el disco en vivo que editó con su esporádico grupo Casandra Lange a mediados de los noventa. Junto a María Gabriela Epumer, el Zorrito Von Quintiero, Fernando Samalea, Jorge Suárez y Juan Bellia grabó Estaba en llamas cuando me acosté, un clásico producto Say no More registrado en conciertos brindado en una gira realizada en la costa bonaerense durante 1995. Allí versionó la mencionada There’s a Place y Ticket to Ride. En la primera toca el bajo Pedro Aznar.

And Your Bird Can Sing, es el nombre de un tema de Revolver, que García arregló y grabó para un disco tributo firmado por Los Durabeat en el 2005. A pesar de haber vuelto a elegir un tema del dueto compositivo más relevante del siglo veinte, los toques de García parecen reconocer al Harrison ya inserto en el mundo del hinduismo, que el músico supo abordar a partir de la salida de Sgt. Pepper's. García también pone su voz para uno de los rocanroles más furioso del disco, Back in the USSR.

Sin embargo, hubo un momento en que una mala jugada periodística hizo enojar a García. Un golpe bajo que pasó a la historia y que todavía se recuerda en el anecdotario del micromundo de la música argentina como el día en el que Mc Cartney cuestionó al rock argentino.

Todo fue parte de una mentira, pero durante años se consideró una rareza poco feliz. Era enero de 1983 cuando la Revista 10, una publicación de la por entonces provocativa editorial Perfil, publicó una nota en la que Mc Cartney aseguraba: “No me gusta el rock de los argentinos”. “Le hicimos escuchar al ex Beatle ocho temas diferentes de otros tantos intérpretes nacionales. Una hora después, nos dio su veredicto”, anunciaba la nota que llevaba la firma de Jorge Churba, que desconoce su participación en los hechos que fueron sistemáticamente desmentidos a lo largo de la historia.

Según reza aquella fake, Mc Cartney escuchó Peluca Telefónica, un tema de Yendo de la cama al living en el que García, Luis Alberto Spinetta y Pedro Aznar se divierten improvisando una letra sobre una música que empezaba a marcar el pulso descontracturado de la primavera democrática que comenzaba a asomar. La elección de la canción, desde el vamos, era al menos controvertida. “No me convence. Son trozos de temas conocidos y malos”, es la frase que le adjudicaron a Mc Cartney.

Pero no todo terminó ahí, porque la revista fue a buscar a los argentinos para consultarle por los supuestos dichos del británico. A García lo agarraron en la puerta de su casa. "Me parece que ir a mostrarle un disco mío a Paul McCartney para que lo critique es una mala jugada, una bajeza", dijo, según reza la publicación, enojado y dolido con la situación. Tenía razones para estarlo.

Con el tiempo, García conoció a Yoko Ono, y tocó con Tony Sheridan, el británico que tuvo a los Beatles como su banda de acompañamiento en la prehistoria de todo. También abrazo y se emocionó con Paul Mc Cartney, el dueño de una de las voces que se escuchaban en la canción que le cambió en algún momento de la primera parte de los sesenta.

“¿Cómo voy a elegir entre John Lennon y Paul McCartney? ¿O George Harrison, con lo que tocaba? ¿O Ringo? A mí realmente lo que más me mataba era cuando John Lennon y Paul McCartney cantaban juntos, al unisono. Salía una voz, un brillo, que me parece que atrajo a todos. Era un sonido genial. Cantaban juntos y el sonido de esas dos voces era perfecto”, dijo hace unos diez años cuando volvieron a consultarle por su relación con la banda británica.

El artísta, el ídolo de cientos de millones, en mod fan.