Alternando con clases de Historia, desde 1992 ocupo parte de mi existencia entre antiguos libros que han pasado de mano en mano, hasta encontrar su lugar en polvorientos estantes. En estos 33 años en una antigua librería de usados en las entrañas del barrio de Once, he observado que se sucedieron distintas tendencias dominantes entre las temáticas solicitadas por los variopintos seres que recorren los angostos pasillos intentando elegir algún ejemplar que acompañe sus horas. En otras ocasiones, estas modas no han tan sido claras, distribuyéndose el interés temático equitativamente.
Sin embargo, en el último lustro se ha ido imponiendo una tendencia. Día a día ha crecido la solicitud de tres tópicos, mientras otros disminuyeron o se mantuvieron estables. En primer lugar y de manera masiva, los textos que podríamos denominar de “Autoayuda Financiera”: cómo transformarse en un verdadero “líder” y hacerse rico en poco tiempo a partir de sencillas recetas que permitirán adquirir la “sabiduría” necesaria y guiarán el esfuerzo individual para poder “desear” y “manifestar” con éxito todos nuestros más íntimos deseos. En segundo lugar, el crecimiento en el pedido de libros de la temática judaica. Por el barrio, esto podría no sorprender. Lo llamativo de esta nueva demanda es que, en general, es protagonizada por personas que no provienen de esta cultura/religión. Para finalizar, ha ido aumentando, aunque en menor medida, la solicitud de textos relacionados con el evangelismo.
Además de estas señalizaciones cuantitativas, hay otros dos elementos significativos para remarcar. En varias ocasiones, los mismos clientes y clientas revisan y/o compran libros de más de una de las temáticas planteadas. En segundo lugar, es llamativa la homogeneidad respecto a su pertenencia social. Generalmente, el contacto con los hombres y mujeres que entran al local incluye algún tipo de intercambio de palabras o diálogos más prolongados. A partir de estos y de ciertas características generales, puede arriesgarse la hipótesis de que una inmensa mayoría de ellos y ellas pueden incluirse en el espacio social cuyo estereotipo corresponde a los denominados, popularmente, “sectores medios bajos”.
Aquello que se busca para leer, es un buen termómetro para comenzar a pensar la formación del sentido común de una época o una coyuntura social. No es un elemento por si solo definitivo, pero sí que puede aportar datos interesantes en un análisis de este tipo. Por eso, este relato, que podría ser tomado solo como las anécdotas de una librería de “viejo”, deja de serlo cuando se relaciona con algunos puntos de la realidad política de nuestro país e, incluso, más allá de él.
Por ejemplo, son piezas del rompecabezas temático señalado, ciertos fundamentos ideológicos de gobiernos como los de Trump, Bolsonaro y Milei basados en el “individualismo” y la “meritocracia”. Según esta manera de explicar el mundo, la pobreza no es resultado del capitalismo sino de, justamente lo contrario: la “corrupción” estatal y colectivista que impide el “natural” desarrollo del capital, distorsionando el mercado y trabando las fuerzas del progreso y la iniciativa individual. Todas estas ideas se entrelazan, casi sin mediaciones, con la literatura de “autoayuda financiera”, espíritu “emprendedor” y “liderazgo exitoso”.
Las conexiones, no terminan en lo anterior. Sin necesidad de detenerse extremadamente en el análisis del panorama local e internacional, el entrelazado temático que venimos exponiendo, encuentra también un correlato directo en el entramado de ciertas alianzas políticas.
Respecto al exterior, puede mencionarse el alineamiento explícito a nivel político y financiero de importantes y poderosos sectores evangelistas de Brasil y Estados Unidos con la derecha israelí en el gobierno. Llamativamente, esta postura política del evangelismo se sostiene en una argumentación religiosa según la cual “solo cuando Israel ocupe todo el territorio bíblico, Jesús volverá a la Tierra para traer definitivamente el Nuevo Reino”.
En el ámbito doméstico, pueden señalarse las declamaciones y acciones de tono “judaico” de nuestro actual presidente y, como correlato directo, su apoyo irrestricto a las políticas del premier Netanyahu. Sumado a ello, no deben minimizarse la simbología mileísta (la figura del león) y las frases de tono místico y mesiánico (“fuerzas del cielo”) semejantes a las utilizadas por algunos sectores del evangelismo local.
Podría objetarse que el tipo de concordancias que se señalan son forzadas y se limitan a la experiencia puntual de una antigua librería del Once. Pero, lo que podría ser solo la "intuición” de un librero/historiador, parece confirmarse y sintetizarse con solo mirar la imponente vidriera de una importante librería Cristiana. Ubicada en Boedo y, casualmente (o no), a una cuadra de uno de los templos evangelistas porteños más tradicionales, sus estantes vidriados nos ofrecen, junto con los temas evangelistas más clásicos --la conexión individual con Jesús, cuál es la “verdadera” Iglesia de Cristo, como enfrentar las adicciones, el lugar de la mujer en la familia-- decenas de textos acerca del "pensamiento positivo”, “liderazgo” y “éxito personal”.
En este local abarrotado de cientos de tomos nuevos, no se ofrecen libros de temáticas relacionadas directamente con el judaísmo; o, al menos, no están presentados hacia el exterior. Eso sí, en sus vitrinas hacia la calle tienen un lugar de privilegio varios ejemplares de dos títulos: La batalla cultural. Reflexiones críticas para una Nueva Derecha de Agustín Laje y Milei: la Revolución que no vieron venir de N. Márquez y M. Duclos.
Nos enfrentamos a una problemática novedosa: el entretejido ideológico de la denominada Nueva Derecha desde un ángulo particular que es la transformación, a través del tiempo, en las temáticas de la demanda en una librería de textos usados y el armado de la vidriera en una importante casa de libros evangelista. Este análisis puede y debe ser profundizado desde distintas líneas de investigación sociológicas, religiosas, políticas y sociales. Se abren interrogantes como la casi inexistente demanda de los clásicos económicos de la escuela austríaca y de libros relacionados con la derecha tradicional. De alguna manera, el “anti-intelectualismo” de este movimiento reaccionario, también parece expresarse en este dato.
Es curioso que en los últimos meses haya crecido la demanda de libros sobre Marco Aurelio y los filósofos estoicos. Sin dudas, es un símbolo muy significativo de los tiempos que vivimos, en medio de la ofensiva del neoliberalismo radical y sus consecuentes padecimientos sociales, económicos y afectivos producto de una salvaje transferencia de ingresos y concentración de la riqueza.
*Historiador, profesor de Historia y librero.