MOTEL DESTINO 6 puntos
(Brasil/Francia/Alemania/Reino Unido, 2024)
Dirección: Karim Aïnouz.
Guion: Wislan Esmeraldo.
Duración: 115 minutos.
Intérpretes: Iago Xavier, Nataly Rocha, Fabio Assunção, Fabíola Líper, Renan Capivara.
Disponible en MUBI.
Karim Aïnouz quedó grabado en la mente cinéfila por su notable Madame Satã, el film de 2002 que recorrió los mil y un festivales e instaló su nombre como uno de los cineastas brasileños jóvenes más prometedores. Veintidós años después, la filmografía del realizador nacido en Fortaleza ha alternado películas de toda clase y calaña, del melodrama playero Praia do Futuro (2014) al drama histórico sobre la realeza británica Firebrand (2013). De regreso al terruño (el film está rodado en su estado natal de Ceará), y al Festival de Cannes (allí se presentó en competencia oficial este año), Aïnouz entrega en Motel Destino una reactualización del neo noir bajo los calurosos días y noches del verano nordestino. Un film que elabora usos y costumbres del cine negro clásico en un marco tropical y con una estética bien definida: el rodaje en 16mm y el trabajo de postproducción de imagen ofrece una paleta de colores hiper saturados, tanto en los vibrantes interiores como en las escenas rodadas al aire libre.
La trama es sencilla y familiar, deudora en varios sentidos de clásicos literarios y cinematográficos como El cartero llama dos veces. Heraldo (el debutante Iago Xavier) forma parte de una pequeña pandilla de una mafiosa local, pero una serie de inconvenientes terminan con su hermano ejecutado a balazos y su humanidad encerrada en el cuarto de un hotel alojamiento, el Motel Destino del título. Y es a él a quien buscan para hacer justicia, más allá de la infeliz mala suerte, por lo que la oportunidad de esconderse temporalmente en ese telo de mala muerte parece la mejor escapatoria. El lugar es regenteado por un matrimonio integrado por Dayana y su marido Elias, cuya relación es, para utilizar un término de moda, profundamente tóxica. Como el lector podrá imaginar, no pasa demasiado tiempo hasta que el deseo estalla y el visitante y la dueña inician una relación sentimental, aunque siempre fuera de esos cuartos iluminados con la más shockeante luz roja, de los cuales surgen los estentóreos gemidos de los clientes, banda de sonido permanente del film.
Noir estilizado pero anclado al mismo tiempo en el verismo social y psicológico –las escenas de sexo se mantienen alejadas de la estetización del thriller erótico estandarizado–, Motel Destino gana en interés cuando el dibujo triangular de los personajes termina ofreciendo una particular silueta, con ese grasoso, veterano y rudo patrón (Fabio Assunção, usualmente asociado al mundo de la telenovela) “adoptando” al veinteañero como si fuera el hijo que nunca tuvo. Hasta que la cosa estalla, como es de suponer, y la pistola convenientemente oculta surge de la oscuridad y es empuñada por primera vez. En parte ejercicio de estilo, en parte ejecución simple y sencilla de códigos e iconografías de añeja tradición, lo mejor del film de Aïnouz es la construcción de un clima crecientemente asfixiante, con ese calor que empapa los cuerpos haciendo las veces de compañero inseparable de las pulsiones sexuales y de las otras, las más violentas y destructivas.