A ocho meses de la conmocionante muerte de un niño de tres años por daños neurológicos graves, producto del sofocamiento que le produjo haber sido olvidado dentro del auto de su padre durante casi siete horas, la Justicia neuquina "resolvió el caso sin la pretensión de imponerle algún tipo de condena al padre de la víctima, quien estuvo bajo investigación".
De acuerdo con lo precisado en un comunicado oficial del Ministerio Público Fiscal de Neuquén, el fiscal del caso Andrés Azar, "luego de recolectar suficiente prueba", dispuso la aplicación de la "pena natural" al progenitor del menor.
La decisión se contempló en el marco del artículo 106 inciso 3 del Código Procesal Penal de Neuquén, indicó el MPF, que "prevé un criterio de oportunidad —como lo es la pena natural— a aplicarse cuando el imputado haya sufrido a consecuencia del hecho un daño físico o moral grave, que torne innecesaria o desproporcionada la aplicación de la pena".
En la resolución, firmada el pasado 10 de octubre, se expresa: "no podemos dejar de reparar en que nos encontramos aquí ante un suceso en el cual el acusado es el responsable de la muerte de su hijo, aunque, claro está, no es un dato menor que dicha muerte no fue querida ni buscada por el imputado, sino consecuencia de su negligente conducta”.
Asimismo, se destacó que el "aludido desenlace lesivo ha significado para el imputado una sanción que excede con creces la pena mínima aplicable en función de lo normado en los arts. 84 y concordantes". Y agrega: "Si la sanción fijada ignora ese dolor, esa pérdida sufrida por el autor del hecho, la respuesta punitiva alcanzará un quantum que excederá la proporción que debe existir entre el delito y pena".
Para desarrollar esta resolución, Azar indicó haber recolectado pruebas y declaraciones de testigos del hecho y de personas del entorno familiar del padre y del niño. "Surgió sin duda alguna que nos hallamos ante una actitud negligente de parte del padre…”, resolvió.
Asimismo, remarcó que por pena natural debe entenderse “al mal grave que se autoinflinge el autor con motivo del delito, o que sea impuesto por terceros por la misma razón”.
En ese sentido, remarcó que el hombre fue “suficientemente castigado” por las repercusiones de su delito. Y en su conclusión, el fiscal del caso dispuso que la pena natural correspondía al no encontrarse "afectados de modo alguno el interés público y la paz social".
Cómo ocurrió la tragedia
El menor murió el pasado 20 de marzo tras permanecer internado en la sala de terapia intensiva de la clínica San Lucas de la capital neuquina durante una semana, según confirmó el Ministerio Público Fiscal. Horas antes se había confirmado que tenía muerte cerebral y apuntaban que su estado de salud era irreversible.
El trágico episodio tuvo lugar el lunes 11 de marzo, cuando los padres bajaron del auto en la calle Chrestia al 500 de la capital de Neuquén para irse a trabajar a un organismo público, que se encontraba a pocas cuadras. Según declararon ante la Fiscalía, el chico debía ser llevado a una guardería cercana, de 9 a 15 hs, pero los padres se olvidaron que estaba en la sillita para niños en la parte de atrás del auto, que estaba con las ventanillas cerradas.
La madre fue quien encontró a su hijo pasado el mediodía desvanecido dentro del auto y dio aviso de inmediato a la Policía. Según los investigadores, el niño tenía marcas en su cuerpo, por lo que suponen hizo distintos movimientos para tratar de zafarse desde su ubicación, en una de las butacas traseras.