Los presidentes de Rusia, Turquía e Irán acordaron ayer lanzar un nuevo proceso de paz para Siria ante la inminente derrota del Estado Islámico (EI) y otros grupos rebeldes, mientras que la dividida oposición siria se reunió en Arabia Saudita para tratar de formar un frente común para las conversaciones de paz que auspicia la ONU.
“Los extremistas han recibido un golpe decisivo en Siria, y ahora hay una oportunidad real de poner fin a una guerra civil que arrecia desde hace tantos años”, dijo el presidente ruso, Vladimir Putin, al inicio de la cumbre con sus pares de Turquía e Irán en la ciudad balnearia rusa de Sochi, a orillas de mar Negro.
Putin destacó que la solución política a un conflicto tan complejo, que en casi siete años ya dejó un país en ruinas, además de unos 400.000 muertos y 12 millones de refugiados o desplazados, requerirá de concesiones de todas las partes, incluyendo del gobierno del presidente sirio, Bashar Al Assad.
Este último hizo un viaje sorpresa a Rusia anteayer para mantener conversaciones con Putin que según el Kremlin tenían por objetivo sentar las bases para la cumbre trilateral en Sochi.
En declaraciones a la prensa luego del encuentro, el mandatario ruso dijo que su par sirio prometió llevar adelante reformas constitucionales y celebrar elecciones bajo la supervisión de la ONU.
Putin agregó que sus colegas turco, Recep Tayyip Erdogan, e iraní, Hasan Rohani, aceptaron su propuesta de lanzar un nuevo proceso de paz para Siria convocando un Congreso de los Pueblos de Siria en el que estén representadas todas las partes en conflicto y se busque una solución política a la guerra civil.
Agregó que se encargó a los cancilleres de los tres países que preparen una lista de participantes y una fecha para la celebración del congreso, que se hará en Sochi y “abordará cuestiones claves de la agenda nacional siria”, como la redacción de una nueva Constitución o la organización de elecciones bajo vigilancia de la ONU.
En un comunicado conjunto difundido al cabo de la cumbre, los tres líderes enfatizaron la necesidad de que todas las partes del conflicto en Siria liberen a los prisioneros y rehenes, entreguen los restos de fallecidos y busquen a los desaparecidos para crear las condiciones de un alto el fuego duradero y para el lanzamiento de un proceso político.
“Hemos alcanzado un consenso para contribuir con una transición hacia un proceso político inclusivo, libre, justo y transparente que será llevado a cabo bajo el liderazgo del pueblo sirio, que será además único dueño de ese proceso”, dijo Erdogan a periodistas.
Para Rohani, el Congreso de los Pueblos es una oportunidad para conseguir la paz en Siria. “Los próximos pasos van en dirección de unas elecciones libres y de la seguridad y estabilidad de Siria”, afirmó.
Rusia e Irán son los principales apoyos del gobierno de Al Assad. Moscú apoya al Ejército sirio desde 2015 con bombardeos aéreos y ayudó así a inclinar la balanza del lado de las fuerzas gubernamentales. Ankara, por su parte, apoya a los rebeldes sirios. “El régimen de Al Assad, que tiene las manos manchadas con la sangre de cientos de miles de sus ciudadanos, todavía está en el poder”, lamentó Erdogan antes de la cumbre.
Aún en bandos opuestos del conflicto iniciado en marzo de 2011, Rusia, Turquía e Irán han sumado fuerzas para mediar y tratar de alcanzar un acuerdo de paz.
Los tres países han auspiciado varias rondas de diálogo entre el gobierno y la oposición siria en Astaná, la capital de Kazajistán, donde ayudaron a acordar una tregua entre el Ejército y los rebeldes que rige en cuatro zonas del país y que ha contribuido con una reducción de las hostilidades.
Los combates no han acabado del todo, y de hecho 84 personas, entre ellos 17 chicos y seis mujeres, murieron y otros 659 resultaron heridos en cuatro días de redoblados bombardeos y combates en Ghouta Oriental, un suburbio al este de Damasco, informó ayer la Organización Mundial de la Salud (OMS), dependiente de la ONU.
En tanto, en Riad, el enviado especial de la ONU para Siria, Staffan de Mistura, llamó a grupos de la oposición siria reunidos en la capital saudita a acordar una visión y una delegación unificada de cara a la próxima ronda de conversaciones de paz para Siria que Naciones Unidas auspicia en Ginebra, prevista para el 28 de noviembre.
De Mistura dijo que en diciembre planeaba celebrar otras tres rondas de diálogo en Ginebra y que a fin de esta semana viajará a Rusia.
“Es de nuestro interés común que hoy elijan ustedes al mejor y más inclusivo equipo de entre ustedes”, dijo de Mistura a los grupos opositores sirios al inicio del encuentro, que se prevé dure tres días.
“Un equipo unificado y robusto sería un socio creativo en Ginebra, y éso es lo que necesitamos”, agregó.
La reunión en Riad, sin embargo, ya se ha visto empañada por desencuentros entre las cerca de 30 delegaciones opositoras asistentes. La muy fragmentada oposición siria tiene visiones enfrentadas sobre el futuro rol político de Al Assad, la duración del período de transición y la redacción de la Constitución bajo la cual se celebrarían elecciones en Siria.
En el discurso inaugural, el canciller saudita, Adel al-Jubeir, dijo que existe un consenso internacional para alcanzar una resolución para la larga guerra en Siria. “No hay ninguna solución a la crisis sin un consenso sirio que concrete las exigencias del pueblo sirio y termine con su sufrimiento”, dijo al-Jubeir, quien agregó que cualquier acuerdo debe basarse sobre las resoluciones de la ONU.
Arabia Saudita y otros países árabes del Golfo Pérsico han apoyado a grupos rebeldes durante la guerra en Siria.