Ratko Mladic, condenado ayer a cadena perpetua por un tribunal internacional, fue el hombre que dirigió a las tropas serbobosnias que en 1995 asesinaron a 8.000 varones musulmanes en Srebrenica y dirigió la campaña de terror que durante 44 meses mantuvo bajo el asedio a Sarajevo.
“El carnicero de Srebrenica” fue hallado culpable en 10 de los 11 cargos que se le endilgaron por exterminio, asesinato, persecución, terror, secuestro, deportación, desplazamiento forzoso, actos inhumanos y ataques ilegales a civiles.
El militar retirado, de 74 años, era el último fugitivo que faltaba juzgar al Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia (TPIY), que el 31 de diciembre cerrará sus puertas tras 24 años de trabajo para procesar a los responsables de la guerra de los Balcanes a finales del siglo pasado.
Tras los Acuerdos de paz de Dayton de 1995, que pusieron fin a la guerra, Mladic fue destituido y permaneció prófugo desde 1996 hasta 2011.
Testigos aseguran que mientras el líder nacionalista serbio Slobodan Milosevic se mantuvo en el poder, hasta octubre de 2000, Mladic se paseaba libremente por Serbia y los servicios secretos nacionales revelaron en 2005 que, hasta 2002, vivió en su casa de Belgrado e incluso se alojó algunas veces en instalaciones militares.
Pero en 2011 se le terminó el período de gracia de sus antiguos aliados.
Ese año, en coincidencia con la publicación de un informe de la Fiscalía de la TPIY sobre los esfuerzos “insuficientes” del gobierno para dar con Mladic, el ex militar fue capturado en Lazarevo, a unos 100 kilómetros al norte de Belgrado, en la casa de un pariente.
Serbia pareció comprender que debía colaborar con el TPIY si quería negociar su adhesión a la Unión Europea (UE).
“Hemos cerrado un capítulo difícil de nuestra historia reciente. Creo que las puertas de nuestra integración europea se han abierto”, dijo, al anunciar la detención de Mladic, el entonces presidente serbio, Boris Tadic.
Ese mismo día se inició el proceso de extradición al TPIY, con sede en la capital económica de Holanda, La Haya.
El fallo de TPIY sostiene que Mladic “conspiró para que los musulmanes bosnios y los croatas bosnios desaparecieran de Bosnia Herzegovina y lograr así un territorio serbio homogéneo”.
“Comandó las tropas serbobosnias tanto en Srebrenica como durante el sitio de Sarajevo; impidió la entrada de ayuda humanitaria en ambos lugares para aplastar a la población; sugirió a los políticos cómo actuar en aras de la limpieza étnica; deseó en público la desaparición de musulmanes bosnios y diseminó propaganda falsa para confundir a la comunidad internacional”, agrega el fallo leído por el juez holandés Alphons Orie, presidente de la sala.
Srebrenica, declarada zona segura por la ONU, albergaba a unos 60.000 refugiados hasta la llegada de las tropas serbobosnias, que ordenaron la deportación de todos los varones bosnios musulmanes de entre 16 y 70 años –aunque también se incluyó a niños y ancianos de 80– y los enviaron a la vecina Potocari.
La sentencia afirma que Mladic “ordenó a sus soldados serbobosnios, y también a policías del ministerio de Interior de la República Serbia, la detención y ejecución sistemática de los varones considerados hábiles, entre el 12 y el 17 de julio” de 1995.
“Regalemos la Srebrenica serbia al pueblo serbio. Ha llegado el momento de vengarnos de los ‘turcos’ (nombre despectivo para los musulmanes bosnios)”, afirmó Mladic en Srebrenica, en una palabras grabadas en ese entonces por algunos periodistas. Al menos 8.000 bosnios musulmanes murieron en Srebrenica y sólo 6.241 de ellos han sido enterrados, ya que muchos de los restos,continúan apareciendo en las más de 600 fosas comunes repartidas en el territorio de Bosnia-Herzegovina.
La crueldad y la oscuridad de la masacre de Srebrenica tapó, de alguna manera, la brutalidad de los otros cargos por los que deberá responder Mladic, como el asedio a Sarajevo, entre 1992 y 1995, el peor de la historia moderna.
Durante los cuatro años que la ciudad, rodeada de montañas, permaneció bajo el asedio de las tropas serbobosnias, 12.000 personas murieron y 50.000 resultaron heridas.