Cuando hablamos de intersexualidad nos referimos a un término que engloba una amplia gama de variaciones innatas (es decir, desde el nacimiento) de las características sexuales.
Las personas intersexuales nacen con características sexuales que, de una u otra manera, varían respecto de lo asociado típicamente y de manera binaria a los “cuerpos femeninos” y “cuerpos masculinos”.
En sí misma, la intersexualidad no representa un problema de salud ni una enfermedad. Al ser una variación de características corporales, tampoco es una identidad de género, expresión de género u orientación sexual.
En todo el mundo, bebes, niñes y adolescentes intersex son sometides a cirugías, tratamientos hormonales y otros procedimientos médicos innecesarios en un intento de cambiar forzosamente su apariencia para alinearla con expectativas de la sociedad sobre cuerpos femeninos y masculinos. Estos procedimientos se llevan a cabo sin el consentimiento pleno, libre e informado de la persona y representa una violación de sus derechos humanos fundamentales.
En los últimos años, gracias al trabajo de las defensoras y defensores de los derechos humanos de las personas intersex, dentro de la sociedad se ha cobrado mayor conciencia sobre esta realidad y existe un reconocimiento sobre las violaciones concretas que sufren estas personas. Sin embargo, hasta la fecha, solo unos pocos países han puesto en práctica medidas para prevenir y abordar tales abusos.
Debido a que sus cuerpos son percibidos como diferentes, les niñes, adolescentes y adultes intersex son a menudo estigmatizades y sometides a múltiples modificaciones de sus caracteres sexuales. Esto deja huellas irreversibles en sus cuerpos, convirtiendo a individuos sanos en sujetos medicalizados de por vida y limitando el ejercicio de sus derechos humanos.
Terminar con las cirugías genitales innecesarias
Si bien nuestro país es pionero en materia de derechos humanos, todavía no existe una legislación especifica que proteja a las personas intersexuales. Existen reportes y testimonios que dan cuenta que las cirugías genitales cosméticas, innecesarias, irreversibles, no consentidas y otras prestaciones médicas no respetuosas de los derechos humanos aún continúan llevándose a cabo en todo el territorio nacional. No existen medidas legales específicas o concretas para garantizar el acceso a la justicia y reparación para las personas sobrevivientes de estas prácticas crueles, inhumanas y degradantes.
En Argentina existe el Proyecto de Ley de Protección Integral de las Características Sexuales elaborado por Justicia Intersex, organización pionera en el activismo intersexual nacional, cuyo director es Mauro Cabral, activista argentino por los derechos de las personas intersex y trans. El proyecto propone terminar con las cirugías y también la creación de una comisión de investigación que pueda reponer lo que ha pasado con las personas que fueron intervenidas con el fin de reparar su historia y su vida. La comunidad intersex se encuentra a la espera del tratamiento de este proyecto que ya lleva cuatro años sin ser considerado en la Cámara de Diputados.
El 26 de octubre es la fecha elegida de la Visibilidad Intersexual luego de la primera protesta intersexual realizada en una conferencia de la Academia Americana de Pediatría que tuvo lugar en Boston, Massachusetts en el año de 1996. La protesta fue encabezada por Morgan Holmes y Max Beck, ambxs pertenecientes a la Sociedad Intersex de Norteamérica.
Cada 26 de octubre, a través de diversas acciones las organizaciones y activistas intersex buscan visibilizar sus demandas por una infancia libre y sin cicatrices.
*Activista intersex de Argentina, director de la organizacion Argentina Intersex.