A 50 kilómetros de la capital de Santa Fe, bajo un restaurante de la ciudad San Carlos Centro, un grupo de trabajadores encontró mientras realizaba obras de mantenimiento un impresionante sótano con forma de túnel oculto, construido hace más de 100 años. La noticia conmocionó a los habitantes de la localidad y un ciudadano develó algunas incógnitas sobre el origen y la función de estas vías subterráneas.
Según detallaron los portales de noticias locales, el hallazgo ocurrió de forma inesperada durante los trabajos de plomería que se realizaban en la ciudad del departamento Las Colonias en una construcción donde hace más de 50 años funcionó una farmacia y actualmente está el restaurante Lila’s.
Mientras los trabajadores realizaban una perforación para instalar un desagüe, notaron que el fondo era hueco. Entonces, de acuerdo con Diario La Capital, al ampliar el agujero para que pudiera entrar una persona, el dueño del establecimiento se asomó e iluminó el interior. Su sorpresa no fue menor al atestiguar que estaba ante un gran sótano con techo arqueado formado por paredes de ladrillo.
Con el correr de las horas, se constató que el tramo encontrado mide aproximadamente tres metros de alto por cuatro de ancho, y que está construido con ladrillo y barro. El estado de conservación de ese espacio subterráneo era bueno, pese a que se lo halló parcialmente inundado.
Qué historia escondería el túnel subterráneo de San Carlos Centro
De acuerdo al ciudadano sancarlino Rubén Donnet, lo que descubrieron el grupo de plomeros fue un sótano y no un túnel, como trascendió al comienzo, debido a que, por ahora, no se constató que conectara con algún otro lugar de la ciudad.
El vecino, quien declaró a Aire de Santa Fe ser un aficionado de la historia del pueblo, contó que ese espacio forma parte de la historia de los primeros pobladores de San Carlos de la segunda mitad del siglo XIX. Según dijo, habría otros sótanos similares en distintas partes de la localidad.
Quienes construían esas obras serían los pobladores de origen italiano, alemán y suizo. La hipótesis que por estas horas se estudia es que los hacían como despensas para almacenar alimentos y objetos.
"A partir de 1979 subieron las napas de agua en toda la región, y todo ese tipo de construcciones dejaron de prestar utilidad. Muchas se tapiaron o se llenaron de tierra o arena, otras quedaron tal como estaban y no las volvieron a utilizar jamás", explicó.
"Me llamó la atención la enormidad del espacio. Se especuló mucho en el imaginario popular de generación en generación sobre las diversas utilizaciones de estos espacios. No son túneles ni sótanos, son ambos. No son túneles en el sentido de que no comunicaban distintos lugares de la ciudad entre sí, pero son sótanos con forma de túneles", remarcó.
"Alrededor de la plaza probablemente hay más de 11 de estas dimensiones, y quizás hay otros más pequeños", contó, aunque precisó que no hay ningún tipo de "relevamiento".
"El sótano que abrieron ahora yo lo conozco porque hace más de 40 años lo habían abierto. Sobre ese sótano en algún momento funcionó una farmacia, y cuando lo abrieron encontraron una pequeña pila de frasquitos de vidrio de ese rubro. Por eso lo conocía. Durante 40 años se dejaron de usar porque después del terremoto de Caucete, en el '79, empezaron a subir las napas y nunca bajaron", describió.
Por último, desmintió que el propósito de los sótanos fuese de refugio contra ataques de pueblos originarios. Incluso destacó que había "ayuda mutua" y buena relación, de "cordialidad" con los habitantes de las zonas aledañas. "Nunca fueron construidos para defensa", subrayó.