“Mamá, te extraño mucho, quiero ir con vos”. La voz llorosa de A., de 11 años, se escucha en distintos mensajes de audio muy breves. “Tengo miedo de que me vea que te estoy mandando mensajes y me rete, o me saque el celular”, dice en otros audios la nena, que el 6 de enero de este año fue retirada de su casa por su progenitor, al igual que sus hermanos mellizos, de 8 años, con una falsa denuncia, que la justicia uruguaya convalidó.