"Hay radicales que le rinden pleitesía al Gobierno. No les piden tanto." Con esa frase, el nuevo titular del bloque de radicales rebeldes, Pablo Juliano, apuntaló su distancia con la bancada que acaban de abandonar, todavía conducida por Rodrigo De Loredo. Los radicales que responden a Facundo Manes y Martín Lousteau tuvieron su primera reunión de bloque: resolvieron no pelear por el sello de la UCR y al bloque le pusieron "Democracia para siempre". Acordaron las autoridades: como segunda de Juliano (que responde a Manes), irá Marcela Coli (de Lousteau) y la secretaria parlamentaria será Carla Carrizo. La salida de los 12 diputados fue la respuesta a la decisión de De Loredo de encabezar él la comitiva de radicales libertarios que fueron a la Rosada a sumarse a la mesa de coordinación con aliados del Gobierno.

Los 12 que se fueron presentaron una nota al presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, donde le informaron la conformación del nuevo bloque, sus integrantes y sus autoridades. Se trata de un sector del radicalismo que quiere despegarse de las negociaciones permanentes de De Loredo para aprobarle las leyes a Milei, pero sobre y todo del escándalo que implicaron las votaciones de los cinco radicales "con Peluca" en el caso de los jubilados y de las universidades. En los dos fueron contra mandatos del radicalismo, dieron vuelta sus propios votos y hasta celebraron la merma a los jubilados junto a Milei con un asado al que los ancianos ya no pueden acceder.

"Pareciera que hay una especie de oficialismo clandestino. Por eso la división del bloque surge en búsqueda de claridad", consideró Juliano en un breve intercambio con la prensa luego de la reunión del nuevo bloque. "No te podes levantar a la mañana para defender a los jubilados y por la tarde tirarlos por la ventana. Tienen que explicar el nivel de entreguismo que nadie les pide. No hay una sociedad exigiéndoselos. Es mentira", consideró.

La ruptura, como informó este diario, vino después de una larga serie de reuniones fallidas del bloque original. Después de la votación de los jubilados y después de las de las universidades, hubo un pedido de expulsión a los cinco radicales que De Loredo hizo lo imposible por frenar. La semana pasada De Loredo recibió un ultimatum del sector que finalmente rompió: o se iban los radicales de Milei (5 bancas) o se iban ellos (12 bancas). Las matemáticas indicaban cuál era la resolución lógica, pero De Loredo eligió la contraria. 

Cuando la presión empezó a crecer, se alió con el sector moderado de Julio Cobos para ofrecer una solución de compromiso: los cinco firmarían un acuerdo para respetar, de ahora en más, las decisiones del bloque. "Siempre que no afecten el equilibrio fiscal", agregaron los cinco. Pero finalmente ese compromiso no se firmó, sino que armaron una mesa de diálogo con los rebeldes. La mesa de diálogo, en la práctica, fue una mesa de insultos y gritos donde no se pudieron poner de acuerdo en nada.

De Loredo no concurrió a esa mesa de conciliación, porque estaba ocupado yendo a la Rosada a representar a los radicales libertarios. Ese papel, originalmente, lo iba a ocupar Luis Picat, que también concurrió a Casa Rosada, contento de que el jefe de bloque no solo no lo echó, sino que fue con él a la reunión de coordinación con los aliados del Gobierno. Para el sector de Manes-Lousteau, la participación de De Loredo en ese encuentro terminó de desnudar que todo el tiempo el jefe de bloque había estado avalando las votaciones de los cinco y que era el verdadero jefe de los radicales "con Peluca".

Horas más tarde, anunciaron la ruptura del bloque. “Decidimos crear un nuevo bloque legislativo para ser coherentes con el mandato de nuestros votantes y con nuestra identidad. Hoy el presidente del bloque y un grupo de diputados radicales decidieron sumarse como aliados al oficialismo. A esto, le debemos sumar la votación de aquellos diputados que ratificaron los vetos presidenciales contra el financiamiento universitario y contra el aumento a los jubilados, quedando como único camino construir una nueva alternativa”, denunciaron en el comunicado que sacaron durante la noche del miércoles. “Construir el país que nos merecemos los argentinos es nuestro objetivo”, cerraron.

No es la primera vez que el radicalismo está dividido en dos bloques. En la época de Mario Negri como jefe de bloque, también hubo escisión que se mantuvo durante todos los años que Negri estuvo en el Congreso. Tras decidir forma un nuevo bloque, se tomaron hasta el jueves para definir si iban a intentar disputar el sello de la UCR al bloque de De Loredo o si iban a ponerse un nuevo nombre. Terminó primando esto último y se pusieron "Democracia por siempre", un nombre tomado del lema que usó la UCR el año pasado para celebrar los 40 años de democracia y lo que fue la presidencia de Raúl Alfonsín.

Un dato: el nombre no tiene referencias explícitas al radicalismo, lo que podría ser parte de una estrategia para comenzar a sumar a otros sectores. Los radicales rebeldes tienen buena sintonía con varios diputados que hoy están en la bancada de Miguel Angel Pichetto. También con algunos larretista que, por ahora, siguen en el bloque del PRO. No hay que descartar nuevos reacondamientos a futuro, sobre todo si esos sectores terminan formando un nuevo frente político.

Por toda respuesta a la formación de un nuevo bloque, el radical libertario Mariano Campero subió una foto donde se ve a los radicales con Martín Menem.“El plan económico está andando. Por eso, acompañamos la política de equilibrio fiscal”, afirmó.

Desde el sector de Manes, ven a Campero como un fuerte candidato a reemplazar a De Loredo en la conducción del bloque radical-libertario. "De Loredo pasó a ser un personaje de segunda línea porque la línea política de ese grupo la está marcando  Campero y De Loredo está haciendo seguidismo de Campero. Es bastante patético para él, que tenía aspiraciones de ser un dirigente nacional", lo fustigó Fernando Carbajal, que le volvió a cuestionar a su exjefe de bloque el gesto de "ir con rodilleras arrastrándose hasta Casa Rosada".

De lo que alguna vez fue el bloque de la UCR está claro que no queda nada.