La actriz Elisa Mouliaá es la primera mujer en dar testimonio público del acoso sexual que sufrió por parte del exdiputado Iñigo Errejón. El que era portavoz del Grupo Parlamentario Sumar ha abandonado la política institucional tras los múltiples testimonios de víctimas que aseguran haber sufrido algún tipo de violencia machista a manos del fundador de Más País, de los cuales Público se hizo eco en primera instancia.
El escándalo se desató después de que Cristina Fallarás publicara en redes sociales un testimonio anónimo de violencia sexual perpetrada por "un político que vive en Madrid". Las especulaciones apuntaban a Iñigo Errejón como autor de los hechos, como más tarde confirmó él mismo a Más Madrid. En este contexto, Mouliaá se atrevió este jueves a revelar su identidad como una de las víctimas y este viernes ha presentado su denuncia formal ante la Policía.
En el documento, al que Público ha tenido acceso, la actriz relata que había comenzado a hablar con el diputado por Instagram y más tarde por Telegram un año antes de que ocurrieran los hechos denunciados. A finales de septiembre de 2021, Mouliaá acudió a la presentación del libro que Errejón publicó aquel año, a invitación personal del propio autor.
Una actitud gélida y tres imposiciones
Tras el evento, el entonces diputado invitó a la actriz y presentadora a tomar una cerveza en el barrio madrileño de Ópera. Fue entonces cuando el comportamiento de Errejón cambió, adoptando "una actitud seria y fría" que desconcertó a la denunciante. Esta después informó al denunciado que iba a acudir a la fiesta de unos amigos que vivían en Australia y que estaban de visita. Mouliaá afirma que invitó al diputado por educación. Este accedió, lo cual sorprendió a la actriz, y pidió un coche para desplazarse hasta el domicilio donde se celebraba la fiesta.
En el vehículo, el comportamiento de Errejón cambió por segunda vez. En esta ocasión, con un carácter dominante, de manera que le impuso a la denunciante tres reglas:
- Que no se alejase mucho de él esa noche.
- Que si lo hacía, no se fuese a más de veinte metros de él y regresase en un minuto.
- Que esa noche le diese un beso.
"La declarante se sintió violentada y cortada, si bien decidió guardar silencio por ser quien era", recoge la denuncia.
La primera agresión: un beso sin consentimiento
"La tercera regla la voy a romper ahora mismo", dijo Errejón a la denunciante, ya dentro del ascensor, según recoge el texto. Agarró a Mouliaá y la besó "introduciéndole su lengua en el interior de su boca, dejándola sin respiración y, de una forma violenta, invadiendo el espacio de la declarante y haciendo que la misma se sintiese muy intimidada".
Al entrar en la casa de los amigos de la actriz, la velada se desarrolló con cierta normalidad. Sin embargo, esta comenzó a bailar con un amigo suyo una canción del grupo Los secretos. Según ella, esto debió provocar un ataque de celos a Errejón, ya que la cogió del brazo y la arrastró seis metros por un pasillo y la metió en una habitación. El entonces diputado cerró la puerta con pestillo. Ahí comenzó la segunda agresión.
Errejón se sacó el pene y comenzó a lamerle los pechos
El de Sumar comenzó a besar a la actriz y a tocarla por distintas partes del cuerpo, especialmente los pechos y los glúteos, todo ello sin su consentimiento. La denunciante no recuerda si lo hizo por encima o por debajo de la ropa, pero sí que le llegó a quitar el sujetador. "Cómo me pones", le dijo Errejón, entre otras frases lascivas, de acuerdo con el testimonio recogido.
"Acto seguido empujó a la dicente sobre la cama y el denunciado se sacó su miembro viril, comenzando a lamer la zona de los pechos de la declarante", señala el documento de la denuncia. La víctima, "se sintió paralizada" y "no consintió nada de lo que sucedió". Para lograr escapar de aquella situación, "le dijo que ella quería seguir en la fiesta, argumentando que su amigo se había quedado solo".
Errejón accedió a salir de la habitación, pero "con la condición de que en 20 minutos ambos se tenían que ir de la fiesta a la casa de Íñigo, ya que tenía intención de llamar a un vehículo". Mouliaá accedió porque, en aquella circunstancia, tan solo quería "que todo lo que estaba sucediendo terminase cuanto antes".
Al rato de salir de la habitación, el político cogió la chaqueta de la denunciante y se la puso con celeridad. "Vamos, date prisa, que el coche lleva cinco minutos esperando", le espetó, siempre según el texto de la denuncia.
La hija enferma y la antipatía del denunciado
En el vehículo, la actriz recibió una llamada de su padre en la que informa a Mouliaá de que su hija, que entonces tenía un año de edad, tenía 40 de fiebre. La declarante recuerda preocuparse mucho, un sentimiento que no caló en su acompañante, el cual "mantenía una actitud fría e impasible a lo que estaba sucediendo, no interesándose de ningún modo en el estado en el que se encontraba su hija pequeña, no llegando ni a ofrecerle la posibilidad de trasladarla hasta el domicilio sus padres".
La presentadora "se sintió muy mal ya que estaba preocupada por su hija pequeña y no comprendía muy bien la actitud que mostraba el ahora denunciado". Una vez en el domicilio del diputado, y sin mediar ninguna palabra, este vuelve a besarla y tocarla.
Solo sí es sí
Mientras Errejón trataba de llevar a Mouliaá hacia el dormitorio, le comentó que se estaba sintiendo muy incómoda y que además seguía preocupada por su hija. "Todo lo que sucedía le estaba pareciendo muy violento", apunta la denuncia.
"Solo sí es sí, parece mentira que me esté pasando esto contigo", expresó finalmente la actriz. Esta le preguntó a Errejón "si no sabía lo que era la seducción, los tiempos y la escucha", a lo que el político contestó "dándole las gracias" y aseguró que "eso le iba a servir para futuros encuentros". La respuesta del entonces diputado provocó en Mouliaá "sorpresa, repulsión y decepción".
"Preguntada la declarante si se siente víctima de un delito sexual, responde que sí", finaliza la denuncia.
La imagen feminista que proyectaba Errejón
Esta narración contrasta de manera radical con la imagen pública que el hasta ahora portavoz de Sumar trataba de proyectar. En la misma época en la que tuvieron lugar los hechos denunciados, Errejón ensalzaba el feminismo en redes sociales y condenaba la violencia y el acoso machista.
Dos meses después de la violencia que Mouliaá denuncia haber sufrido, el entonces diputado lanzaba un mensaje de rechazo al acoso que padecen las mujeres en las redes. "El feminismo es el movimiento igualitarista más importante de nuestro tiempo", expresó también en 2022 por el 8M.
La Policía actuará "si aparecen indicios suficientes" de acoso
El Ministerio del Interior ha comunicado este viernes que la Policía Nacional intervendrá contra el acusado si surgen "indicios suficientes" que corroboren la denuncia de Mouliaá. Según fuentes ministeriales, cualquier acción contra el exportavoz de Sumar en el Congreso será reportada a la autoridad judicial competente.
Las mismas fuentes señalan que la denuncia sigue el protocolo habitual de la Policía para estos casos, por lo que se encarga la Unidad de Atención a la Familia y Mujer (UFAM), especializada en casos de violencia sexual y de género.
El proceso incluye verificar la veracidad de los hechos a través de diligencias como entrevistas con familiares, testigos, y revisión de posibles pruebas visuales. Según Interior, a la presunta víctima se le brindará atención especial durante el proceso de denuncia, con recursos especializados y una escucha activa.
La UFAM Central, con sede en Madrid, lidera la investigación, aunque existen unidades similares en todas las jefaturas de la Policía Nacional a nivel local y regional. Estas unidades cuentan con agentes especializados y formados en temas de violencia sexual y de género, especialmente sensibilizados para manejar estos casos.