Beatriz Bialylew escribe para ordenar su vida. Así lo aseguró la dramaturga este viernes, entrevistada por Víctor Hugo Morales. Pero no siempre fue así para la autora de El Otro Onassis y Perdón que no te crea.
Durante cincuenta años Bialylew fue una "rata de laboratorio" y tuvo que esperar a jubilarse para sacarse el guardapolvo médico y trabajar con las palabras.
En la 750, explicó: "Soy bioquímica y, cuando me jubilé, empecé a hacer lo que realmente quería: escribir. Comencé en Argentores, en un taller de Maruja Bustamante".
De joven, Bialylew había empezado a escribir, pero abandonó. Había “archivado” este deseo en su memoria “porque el mandato era buscar un trabajo del que se pudiera vivir".
Pero un día, hablando con sus primas, la increparon: “Pero si siempre quisiste ser escritora”. El resto es historia: a los 71 años terminó de escribir su primera obra, El Otro Onassis, y desde entonces nunca paró.
Ese texto llegó al teatro de la mano de Corina Fiorillo y fue protagonizado por Lola Banfi, Daniel Campomenosi y Paula Fernández Mbarak, entre otros. Ellos dieron vida a la historia de Meilach, un joven polaco que arriba en 1938 a Buenos Aires lleno de expectativas.
“Yo fui mucho al teatro; allí pasé mi adolescencia”, recordó Bialylew. Y añadió: “Adoraba el teatro y adoraba leer, siempre fui una lectora voraz. Cuando decidí qué iba a hacer, empecé a escribir con toda mi energía, porque lo que me falta es tiempo”.
“Empecé con El Otro Onassis y también tengo mi primera novela, además de haber terminado la segunda. Ahora estoy armando un guion de comedia para cine. Está en el primer desarrollo, pero no puedo contar demasiado”, adelantó.
En la actualidad tiene sobre las tablas Perdón que no te crea, una “obra que trata de la relación muy conflictiva de una pareja en la cual él es un avaro y ella una persona emocionalmente muy frágil”.
Tras una vida dedicada al laboratorio, ahora el escenario es otro: “Escribir me genera una profunda felicidad, porque tengo un montón de problemas que me rodean, no solo los sociales y políticos, y escribir me da un espacio de libertad y una posibilidad de ordenar el mundo”.