Andrea Fiorino murió el viernes por la noche, a los 59 años, por una enfermedad. La última función de la obra que también escribió, Un día de poder, la hizo el 31 de agosto, un despliegue de capacidad actoral y una lectura tan lúcida como filosa de un presente insoportable. Fue bailarina, dramaturga, directora de teatro y una actriz de talento inusual, figura fundamental de las artes escénicas de la ciudad. Tuvo algunas participaciones en cine y también hizo programas de televisión, como el destacado Humor de Perros en el entonces 5Rtv. Artista distinguida de la ciudad, su ácido sentido del humor fue el sello que imprimió incluso en las obras más oscuras, como El destino de los huesos, que puso en escena sobre un libro de Virginia Ducler.  

Andrea bailó desde niña. Ballet, danzas españolas, jazz, tap y tango, esa impronta la acompañó cada vez que subió al escenario, cualquiera que fuera, donde se destacaba su presencia escénica. Participó como bailarina en distintas compañías, dictó seminarios de tango en Argentina y Brasil y continuó como coreógrafa y docente.

Empezó actuar, según reseña el crítico de teatro Miguel Passarini, casi de casualidad: hacía la coreografía de Sueño de una noche de verano cuando Jorge Dunster la invitó a encarnar un personaje. A partir de entonces, la producción teatral fue el eje de su vida. 

El discurso, un unipersonal descomunal, que se adentraba en las tramas del poder desde una dirigente política a la que Andrea agigantó con su presencia, le valió premios y reconocimientos, como el Estrella de Mar de Mar del Plata, en 1999 y el de la Bienal de Arte Joven de la Provincia de Santa Fe. 

Es imposible recordar su extensísima carrera en pocas líneas. Fue una de las actrices de Nadie hablará de nosotras cuando hayamos muerto, que también dirigió, como también lo hizo con El gato Negro y Poveretta María. Después vinieron Pequeñas terapias ilustradas y Para la cartera de la dama o el bolsillo del caballero, obras en las que exhibía su extraordinaria capacidad para componer personajes fruto de la observación de las tendencias de una época.  

Entre tanta producción, también actuó para la pantalla grande. En el 2010 participó como actriz en la película Sadourní, y en el cortometraje La sombra primitiva. En los años 2010 y 2011 viajó a México para participar del 8vo y 9no Festival de Cabaret, organizado por la compañía de teatro "Las Reinas Chulas". Cada viaje a México lo vivió como una fiesta. 

En todo lo que hacía ponía el alma, y un perfeccionismo que la distinguió. No se permitía hacer algo a medias. En enero de 2020 estrenó un espectáculo que recorría sus tres décadas de actuación, 30 años, un recorrido al azar. Poco después, llegó la pandemia, y la celebración de tantas carcajadas debió postergarse. Convirtió esa experiencia en Crónica de una debacle, junto a Claudia Schujman, que alojó su querida sala Espacio Bravo. 

En televisión, pasó por De 12 a 14 con participaciones hilarantes, también hizo Lo que ellas quieren, en Canal 5, en plena debacle de 2001. En 5RTV comandó, en 2017, un programa inolvidable: Humor de Perros, y en 2019, Ningunas locas, feminismo con humor. 

Un día de poder, su última creación, fue pensada para 24 espectadores. Se reía al decir que siempre tenía ideas poco redituables. Esa obra teatral con reminiscencias de La granada, de Rodolfo Walsh, inspirada en un texto de Graham Greene, la compartió con Mabel Machín, con dirección de David Gastelú y asistencia de su incondicional amigo Fabio Sbérgamo. 

Ella misma escribió en Facebook, para invitar a una de las últimas funciones: "Lo inestable, lo imprevisible, lo inevitable, la sorpresa en una noche fatal, desesperada, sin vuelta atrás, con un único destino detrás del hartazgo. Una obra íntima de humor trágico que pone atención en un mundo y un tiempo que se caen a pedazos, donde reina el capitalismo y donde cada vez más personas quedan fuera del sistema".

Hija de un dirigente sindical, Andrea siempre abrazó los ideales de la justicia social, con una integridad férrea. Y sufrió cada embate neoliberal con intensidad. 

Fue, además, una amiga entrañable, generosa y sincera. En su perfil de Facebook eligió como portada una foto con sus amigues más cercanos. 

La despedida a Andrea Fiorino será hoy sábado, de 8 a 14, en Caramuto. Mañana, a las 8.30, partirá el cortejo fúnebre hacia el cementerio La Piedad.