Irán afirmó este sábado que tiene el "deber de defenderse" tras los bombardeos israelíes lanzados contra instalaciones militares, pese a que Israel amenazó a Teherán con hacerle pagar "un alto precio" si responde al ataque. Según los militares iraníes el hecho solo causó daños en algunos radares que están siendo reparados, aunque antes reconocieron la muerte de cuatro soldados.

"Irán considera que tiene el derecho y el deber de defenderse contra actos de agresión extranjeros", afirmó la Cancillería iraní en un comunicado. En la misma línea el Estado Mayor de las Fuerzas Armadas manifestó en una nota que responderá al ataque en el momento que considere adecuado y subrayó la necesidad de establecer un alto el fuego duradero en la Franja de Gaza y el Líbano para prevenir la muerte de inocentes.

Según la nota, cazas israelíes usaron el espacio aéreo al servicio de Estados Unidos en Irak para lanzar una ataque desde 100 kilómetros de las fronteras iraníes con misiles aire-tierra de largo alcance con cabezas pequeñas contra radares de las provincias de Ilam, Juzestán y Teherán. Sin embargo las defensas aéreas iraníes actuaron de manera adecuada, y los misiles solo provocaron daños limitados y de bajo impacto en algunos radares que están siendo reparados, según la versión de Irán. Los militares iraníes también advirtieron a EE.UU., que apoya a Israel, que prevenga la escalada del conflicto y la inseguridad en la región.

Cuatro soldados caídos

Las fuerzas iraníes anunciaron en otros comunicados que, como resultado del ataque, murieron hasta el momento cuatro militares, identificados como Sajad Mansouri, Mehdi Naqvi, Hamze Jahandideh y Mohammad Mehdi Shahrokhifar. Aunque los militares no informaron sobre heridos, algunos medios, como el diario Shargh, dijeron que varios soldados se encuentran en grave estado, aunque no ofrecieron más detalles.

El Ejército israelí lanzó durante las primeras horas del sábado lo que calificó de "ataques precisos contra objetivos militares" en Irán en represalia por los "meses de continuos ataques del régimen contra el Estado de Israel". A comienzos de este mes, Teherán lanzó alrededor de 180 misiles contra Israel en respuesta al asesinato del líder del grupo chiita libanés Hezbolá, Hasán Nasralá, en Beirut, y del líder de la milicia palestina Hamas, Ismael Haniyeh, en julio, ambas facciones respaldadas por el gobierno iraní. Este fue el segundo ataque contra Israel, después de que en abril se lanzara por primera vez una serie de bombardeos con misiles y drones. En ambos casos la mayoría de los ataques fueron repelidos por los sistemas de defensa israelíes.

El repudio de los aliados

Mientras sigue con su fuego cruzado con Israel, Hezbolá expresó su apoyo a Irán. "Condenamos enérgicamente la traicionera agresión sionista contra la República Islámica de Irán, la cual consideramos una peligrosa escalada a nivel regional que refleja el carácter agresivo de la entidad ocupante que comete masacres, tragedias y destrucción con el apoyo explícito y pleno de los Estados Unidos", señaló el grupo en un comunicado.

Hezbolá indicó que Washington "tiene toda la responsabilidad por las masacres, las tragedias y el dolor", algo que el grupo recordó en diferentes ocasiones después de que este país haya destinando cifras récord de asistencia militar a Israel desde el inicio de la guerra en la Franja de Gaza. "Creemos que este claro ataque a la soberanía nacional iraní y a la querida República Islámica del Irán nunca afectará su posición firme y franca y su pleno apoyo en varios niveles a los pueblos palestino y libanés", agregó la formación.

Hamas también condenó "en los términos más enérgicos" los ataques por medio de un comunicado, al tiempo que elogió la respuesta de Irán, afirmando que logró anular su eficacia, así como la resistencia "contra la hegemonía sionista y estadounidense" de este país, al que muestra su solidaridad. En tanto, los rebeldes hutíes de Yemen subrayaron en una nota que el ataque israelí fue un intento desesperado de desviar la atención de su ofensiva contra el pueblo palestino en la Franja de Gaza.

Festejo israelí

En Israel, tanto políticos oficialistas como opositores celebraron el ataque. El presidente del país, Isaac Herzog, mandó un mensaje de felicitación y agradecimiento a la fuerza aérea israelí. "Las capacidades demostradas y los objetivos alcanzados son muy importantes para establecer la seguridad del Estado de Israel y la protección de sus ciudadanos", dijo Herzog.

El líder de la oposición, Yair Lapid, felicitó a la fuerza aérea pero criticó al gobierno por no ordenar una respuesta más contundente, que incluyera también objetivos estratégicos y económicos. El exministro del ya desmantelado Gabinete de Guerra (y líder del partido de centroderecha Unidad Nacional), Benny Gantz, aseguró que el ataque marca una nueva etapa en "la guerra contra el régimen iraní". "Les puedo asegurar que el ataque no fue más que una fracción del daño que Israel puede hacerle al régimen, si decide continuar con su agresión", remarcó el opositor en un comunicado.

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, también se pronunció sobre el ataque. "Parece que solo han alcanzado objetivos militares. Mi esperanza es que esto sea el final", dijo Biden a periodistas en Pensilvania, donde se encuentra para participar en varios eventos antes de las elecciones del 5 de noviembre.

Altos funcionarios estadounidenses explicaron a la prensa que Washington no estuvo involucrado directamente en el ataque. Sin embargo el gobierno de Biden realizó intensos esfuerzos diplomáticos para que la respuesta de Israel fuera proporcional y evitara objetivos nucleares o petroleros, lo que podría haber agravado el conflicto.