En la Casa Rosada reina la expectativa: los macristas se guardan las resoluciones políticas para después de conocer la suerte del submarino ARA San Juan. Eso no privó al presidente Mauricio Macri de recriminar e interrogar tanto a militares como a funcionarios sobre las tareas de búsqueda en un encuentro que tuvo en el Edificio Libertad. Según señalan fuentes de la UCR, parte de la explicación de lo ocurrido está en la decisión de colocar frente al Ministerio de Defensa a Oscar Aguad, un hombre que, según señalan, “no sabe nada de defensa y su equipo, tampoco”. Aguad, quien debió volver de apuro de Canadá, ya tenía pensado cambiar la cúpula de las Fuerzas Armadas por otra que coincida con su objetivo de utilizarlas para combatir al terrorismo y el narcotráfico. Por eso –anticipan antes del final– la suerte del jefe de la Armada, Marcelo Srur, ya estaría echada.
A pocos meses de haber desembarcado en el ministerio de Defensa, Aguad está en llamas con los marinos: les cuestiona haberse enterado por los medios de la desaparición del submarino y haber tenido que retornar de apuro de un viaje que hacía a Canadá. Además, se han posado sobre él los ojos del presidente y no precisamente de la forma más cariñosa. Macri dejó en claro su malestar en su visita al Edificio Libertad, donde interrogó al ministro de Defensa, al jefe de la Armada, entre otros altos mandos. Durante 50 largos minutos buscó interiorizarse en lo que hicieron hasta ahora e insistió en por qué no hay novedades.
No obstante, hasta ahora Macri viene dando señales de que busca cuidar a Aguad ante la opinión pública: lo corrió de la comunicación cotidiana de la falta de novedades y dejó que se ocupe el vocero de la Armada. Una señal, suponen en el oficialismo, de que el jefe de la Armada será el fusible si se confirman los peores pronósticos. Y, si no, probablemente también.
“Aguad está ahí por un favor político que le hace Macri. No entiende nada de Defensa. Y su equipo tampoco”, indicó a este diario un dirigente que conoce bien el ministerio. “La que verdaderamente maneja ese ministerio es
Graciela Villata (secretaria de Servicios Logísticos), a la que trajo de Córdoba. El secretario de Asuntos Militares, Horacio Chighizola, tampoco tiene la más mínima idea. No son gente que se haya formado para esto”, indica. La idea de Macri al ubicar a Aguad en ese ministerio no era llevar a un radical experto en el tema (como podría haber sido Horacio Jaunarena, en otra época), sino a alguien que esté dispuesto a cumplir otro objetivo del presidente: “Lo ponen por esta idea de combatir en narcotráfico con las Fuerzas Armadas. Hay algo que no se está diciendo: ninguna de las tres fuerzas quiere. La experiencia internacional indica que eso termina siendo un desastre”, señala un integrante de Cambiemos.
Con la Armada, en particular, la relación con el ministerio viene siendo ríspida: les vienen parando la compra a Francia de patrulleros de altamar y hubo una polémica con la Fuerza Aérea por quién se quedaba los cinco cazabombarderos Super Étendard modernizados que sí le compraron a Francia. De todas formas, la crisis del submarino no estaba en las previsiones de nadie.
“Quieren hacer un ajuste feroz en las fuerzas. (El vicejefe de Gabinete, Gustavo) Lopetegui ya lo anunció en el ministerio en junio. Estos creen que arreglan todo con una planilla de Excel”, indicó un hombre que conoce de adentro la situación del ministerio. La alusión al Excel –de hecho, a Lopetegui lo apodan “Mr. Excel”– tiene un correlato en los números presupuestarios: la partida destinada al mantenimiento de la infraestructura naval tiene una caída nominal en 2018: será de 968 millones contra 1180 millones este año. Esto, claro está, salvo que, tras esta crisis, se cambie el proyecto de Presupuesto 2018, que prevé un escaso 4,5 por ciento del total destinado a Defensa para la reparación de naves. La ejecución de esas partidas, este año, no supera el 80 por ciento.
Todos coinciden en que Aguad no dejará el cargo por esta crisis. “No es un ministro radical: es un amigo de Macri”, señalan en la UCR. Sí podría pagar el costo el jefe de la Armada. Aguad ya tenía previsto un cambio de las cúpulas de las Fuerzas Armadas a fin de año, con el objetivo de reemplazarlas por otras que estén más consustanciadas con la idea de involucrarse en la lucha contra el terrorismo y el narcotráfico. “Aguad lo tenía pensado antes de que ocurriera lo del submarino”, indicaban en el oficialismo. Srur podría ser el fusible perfecto para que Aguad siga en el cargo.