La cuarta parte del electorado brasileño vuelve a las urnas este domingo para elegir en segunda vuelta a los alcaldes de 51 ciudades, en unas municipales en las que vuelven a medir fuerzas el progresismo de Luiz Inácio Lula da Silva y la ultraderecha de Jair Bolsonaro. El actual alcalde de San Pablo, Ricardo Nunes, que es respaldado por Bolsonaro, tiene en las encuestas de intención de voto 18 puntos de ventaja sobre el aspirante apoyado por Lula, el diputado Guilherme Boulos, del Partido Socialismo y Libertad (PSOL). 

Pese a que participó poco en las campañas, Lula se involucró directamente en la de Boulos, acudió a algunos de sus actos y eligió su candidata a vicealcalde. Los analistas consideran que el accidente doméstico que el mandatario sufrió el sábado pasado y que le impide hacer largos viajes de avión fue providencial debido a que le ofreció una disculpa para no acudir al apoyo de Boulos en el último día de campaña.

Tras una primera vuelta en la que la gran mayoría de las alcaldías quedó en manos de los partidos de centroderecha y en la que el Partido Liberal (PL) de Bolsonaro tuvo el doble de votos que el Partido de los Trabajadores (PT) de Lula, la mayoría de los candidatos apoyados por el ultraderechista aparece como favorito en los sondeos para el balotaje. 

Las fuerzas que consiguieron más alcaldías en la primera vuelta fueron el Partido Social Democrático (PSD), con 878; el Movimiento Democrático Brasileño (MDB), con 847, el Partido Progresista (743); y la União Brasil (578), formaciones pragmáticas de centroderecha que actualmente apoyan al gobierno de Lula pero también respaldaron al de Bolsonaro.

En la primera vuelta el PL consiguió 509 alcaldías con 15,6 millones de votos y el PT 248 gobiernos municipales con 8,8 millones de votos. En las ciudades en que se enfrentan directamente, la fuerza de Bolsonaro es favorita en Anápolis y la de Lula en Pelotas, y se disputan voto a voto la alcaldía de tres importantes capitales como Fortaleza, Natal y Cuiabá.