Lo que Francisco denominó “el camino de la sinodalidad”, que implicó encuentro de la comunidad católica a todos los niveles (diocesanos, nacionales, regionales y tres sesiones a nivel mundial en el Vaticano) puede representarse como un estado de asamblea en busca de promover la participación de toda la comunidad católica. Dicho esto a pesar de que el mismo Papa y sus colaboradores más cercanos se muestran molestos cuando se aplica el término “asamblea” a la experiencia sinodal porque, una forma de movilizar a la feligresía de una manera que no se había hecho hasta el momento