Ni locas, ni brujas, ni monjas. O un poco de todo ello. Beguinas (reciente estreno de ATRESplayer) repone la historia de mujeres europeas que durante varios siglos ofrendaron su vida al prójimo “sin la tutela del varón, ni de la Iglesia”. Una comunidad de “piadosas y creyentes”, “y una amenaza también”, como se dice en esta entrega de diez episodios que sigue a Lucía de Avellaneda (Amaia Aberasturi) en la Segovia de mitad del siglo XVI. Una joven de la nobleza a punto de casarse y de descubrir una cultura diferente a lo que debía hacer. “Ni yo ni nadie del equipo artístico sabíamos de las beguinas, es una verdadera pena. Es una gran oportunidad para conocer esta historia sepultada”, confiesa la protagonista de este relato.
La misteriosa muerte de su progenitora -la gran dama de la orden- servirá de disparador en una miniserie donde no falta romance con un plebeyo y una puesta en escena que recuerda a los cuadros de Vermeer. “Gracias al trabajo de arte, fue muy fácil entrar en esta burbuja sin que fuera rocambolesco”, cuenta la vizcaína en charla con Página/12. ¿Cuál es el encanto de Beguinas para Aberasturi? “Contamos una historia atemporal, pero con mucha resonancia en nuestro tiempo, sucede hace cinco siglos pero si lo miras bien no es tan diferente a lo que les pasa a muchas mujeres de nuestro tiempo”, describe la actriz.