Las petroleras volverán a aumentar las naftas entre 5 y 10 por ciento. La decisión ya está tomada y se aplicará en los próximos días. El ajuste se produce a raíz de la marcha atrás del gobierno que a comienzos de noviembre bajó 15 por ciento el precio del bioetanol y el martes limitó la reducción a 7,5 por ciento en la variedad derivada del azúcar y 10,5 por ciento en la proveniente del maíz. Cada litro de nafta tiene un 12 por ciento de bioetanol. Por eso sus variaciones impactan en el surtidor. Cuando el Ministerio de Energía anunció la reducción del precio del bioetanol a comienzos de mes, lo hizo para neutralizar un nuevo aumento de los combustibles que estaba en gateras debido a la suba que viene registrando el crudo a nivel internacional. Lo que hicieron las petroleras entonces fue aprovechar la baja del biocombustible para al mismo tiempo subir el crudo sin que el consumidor lo note. Debido a ello la nafta bajó apenas un 1,5 por ciento, pese a que el biocombustible había retrocedido 15 por ciento. Ahora que esa baja se recortó, la nafta volverá a subir. El litro de premium de YPF en la Ciudad de Buenos Aires pasará de 24,61 pesos a un valor que oscilará entre 25,8 y 27 pesos.
La marcha atrás oficial fue consecuencia del lobby que llevaron adelante los azucareros. El Ministerio de Energía había anunciado el 2 de noviembre que el precio del biocombustible derivado del azúcar se reduciría 29 por ciento y el proveniente del maíz un 22 por ciento. En ambos casos, la baja fue de 15 por ciento desde noviembre y el resto quedó para febrero. La Cámara Argentina de Alcoholes cuestionó en duros términos la reducción. “La baja en el precio del bioetanol generará pérdidas millonarias al NOA, que se trasladarán a los más de 6.000 cañeros, proveedores, contratistas, trabajadores y a todas las actividades económicas relacionadas con este industria señera incluyendo a los Estados Provinciales”, advirtió.
Representantes del Centro Azucarero Argentino, la Cámara Argentina de Alcoholes y los ingenios Ledesma, El Tabacal, Concepción y Los Balcanes se reunieron luego un par de veces con el ministro de Energía, Juan José Aranguren, y se llevaron la promesa de que se revisaría la medida. Finalmente, el martes Energía publicó la resolución 449/2017 en la que reconoció haber cometido un error. “Empresas e instituciones del sector de producción de bioetanol a partir de caña de azúcar, han acompañado nueva información vinculada con sus costos de producción que acredita costos que no fueron debidamente contemplados en el cálculo de los precios”, se aseguró en los considerandos de la norma. A raíz de ello, la reducción ya no será de 29 por ciento para el combustible derivado del azúcar sino de 13,89 por ciento, aplicándose un 7,5 por ciento ahora y el resto en febrero. Para el caso del bioetanol derivado del maíz se mantuvo la baja en el 22 por ciento, pero se decidió que ahora la disminución no sea de 15 por ciento sino de 10,5 por ciento y el resto en febrero.
La decisión de Aranguren molestó a las petroleras que ven como se está volviendo una costumbre oficial la modalidad de ensayo y error. Incluso YPF, firma controlada por el Estado, dejó trascender su malestar. “La ley de biocombustibles establece cupos obligatorios a través de un mercado cerrado, constituido por un pequeño grupo de empresas subsidiadas por los consumidores, que pagan los mayores precios en los combustibles y por el Estado nacional a través de exenciones impositivas”, aseguró ayer a PáginaI12 una fuente de la compañía, que luego le apuntó directo a los azucareros: “Como muestra de la falta de competitividad del sector basta señalar que, según un informe del Ministerio de Agroindustria del mes de septiembre, el precio del etanol base caña en la Argentina fue aproximadamente un 90 por ciento superior respecto de Brasil y un 53 por ciento superior cuando se toma base maíz. El etanol en Argentina es marcadamente más caro que su equivalente en naftas y significativamente superior a los precios del etanol a nivel internacional”, agregó. Por último, la fuente dejó en claro que “la nueva resolución implicará una suba de los precios de los biocombustibles que impactará en el precio de las naftas”, aunque la compañía todavía no reveló cuál será el porcentaje de la suba. “Antes de producir una modificación en los precios queremos evaluar todas las variables de la estructura de costos del combustible”, agregaron.
Esa última aclaración deja en claro que, al igual que ocurrió a comienzos de mes, no solo se tomará en cuenta la variación de los biocombustibles para decidir el precio de las naftas, pues desde que se liberó el mercado en octubre hay otras variables claves que las petroleras miran todo el tiempo: el tipo de cambio y la cotización internacional del barril de crudo. El dólar se mantuvo relativamente estable desde comienzos de mes, pero el crudo Brent, que se toma como referencia tanto para el crudo Medanito (cuenca neuquina) como para el Escalante (golfo de San Jorge), no para de subir. El jueves 2 de noviembre cerró a 60.65 dólares y ayer llegó a 63,27 dólares, un 4,3 por ciento más que hace apenas 20 días. Esta es la principal materia prima de las naftas ya que tiene una incidencia en su precio que oscila entre el 60 y el 70 por ciento.
La última vez que subieron los combustibles, el 23 de octubre, el presidente Mauricio Macri ofreció una conferencia de prensa en la que justificó el incremento. “Ahora tenemos un sistema energético en el que se puede importar y exportar sin impuestos y vamos a pagar el combustible lo que vale en el mundo. Pasa que justo ahora el combustible aumentó”, aseguró. El mandatario se mostró ese día confiado sobre una posible baja del petróleo. “Yo soy optimista, creo que en el futuro el petróleo va a volver a bajar”, agregó. Por ahora, viene ocurriendo lo contrario.