Frank Bascombe es un personaje ya conocido para los lectores de Richard Ford. Apareció por primera vez en El periodista deportivo (1986) y su periplo, de algún modo, narra también los cambios que Estados Unidos fue experimentando a lo largo de su historia. Para los fans del escritor estadounidense -y de Bascombe en particular- el flamante libro publicado por el sello Anagrama tiene una suerte de gusto a despedida.
En Sé mía, su novela más reciente. Frank tiene 74 años y no es que se trate de 74 años comunes y corrientes. Porque le pasó de todo en su devenir literario: perdió a varios seres queridos, se divorció dos veces, sobrevivió a un cáncer, recibió un disparo en el pecho, superó huracanes y se sobrepuso a una depresión. Hacia el final de su vida se dedica a cuidar a su hijo Paul, que padrece ELA. Cuando le dan el alta, ambos emprenden un viaje hasta el monte Rushmore, en Keystone, Dakota del Sur (Estados Unidos).
En esta road novel aparece como telón de fondo la era Trump. Hace poco, Ford confesó en un encuentro con la prensa: "Nunca le he tenido miedo a la muerte. Mi padre falleció cuando yo tenía 16 años y lo hizo en mis brazos, y ahora que yo tengo 80, tampoco me siento apenado con respecto a ella".
En Sé mía, prevalece un tono de "informe de vida", seco, sin exceso emocionales, pero enriquecido por una fina y al mismo tiempo ligera ironía. Una ironía en cierto modo amarga, que refleja la realidad crepuscular de los personajes y del propio autor.
Anagrama también publicó otros títulos de Ford: Un trozo de mi corazón, El periodista deportivo, Incendios, El día de la independencia, Acción de gracias y Canadá, entre otros.