“Muchas veces pensé que lo que fallaba era el psicotécnico de ingreso a la escuela de policías, pero luego vas viendo que en el campo laboral se despiertan muchos de estos pensamientos negativos y que no saben manejarlos sin ayuda. Siento mucho dolor cada vez que me llegan novedades de un suicidio”, dice una oficial que prefirió preservar su identidad en diálogo con Buenos Aires/12. Cumple servicio desde hace 18 años en el conurbano sur y asegura que estas situaciones "no son esporádicas" y que espera que la reciente inauguración del nuevo espacio situado en La Plata, destinado al cuidado de la salud mental de los más de 100 mil efectivos activos que hoy tiene la provincia de Buenos Aires, se convierta en una solución eficiente para este tipo de tragedias.

"Ya habíamos institucionalizado una línea de trabajo específica para la prevención de los suicidios en el personal policial, y ahora la estamos reforzando con la apertura de este espacio que es muy importante para tener un equipo que trabaje en coordinación con los otros profesionales, para que se pueda hacer un seguimiento adecuado de cada caso", explica Agustina Baudino, la subsecretaria a cargo del área de Promoción de la Salud Mental y el Bienestar Policial. 

Según contó Baudino, el principal objetivo del flamante espacio es promover una política de cuidado integral del personal policial, un cambio de paradigma que pone el foco en la salud preventiva y la atención en el terreno, en lugar de limitarse a las gestiones administrativas de licencias. Es decir, romper de raíz con lo tabú de la salud mental en la Policía.

El nuevo espacio, impulsado en el marco del Programa de Fortalecimiento de Políticas de Salud Mental, funcionará como un primer acercamiento para aquellos policías que atraviesan dificultades emocionales o psicológicas, para luego derivarlos a los profesionales correspondientes para un tratamiento adecuado.

Este enfoque es parte de una serie de medidas que impulsa el Ministerio de Seguridad para el cuidado de la salud mental de los oficiales. Uno de los pilares es el Programa de Prevención del Suicidio para el Personal Policial, aprobado en junio de este año, que cuenta con un equipo de psicólogos capacitados para intervenir en situaciones de riesgo y realizar un seguimiento cercano de aquellos que lo necesiten. Baudino detalló que a partir del nuevo espacio se formaron equipos en las 22 delegaciones de la Dirección de Sanidad Policial que existen en la provincia de Buenos Aires.

La subsecretaria aseguró que estas políticas públicas forman parte de una decisión del Gobierno de la provincia de Buenos Aires de "cortar con el silencio" en torno a la salud mental y enfrentar los prejuicios que tradicionalmente rodearon a este tema y que siempre fueron “invisibilizados”.

Testimonios de una realidad alarmante

Buenos Aires/12 dialogó con policías del conurbano quienes revelaron ser testigos de cómo los problemas de salud mental afectan tanto a compañeros como a ellos mismos, por lo que consideran que la ayuda psicológica "es muy necesaria". Los efectivos argumentaron que esas situaciones no son muy diferentes a las que tienen las personas que no son parte de una fuerza de seguridad.

“Viví tres hechos. Los primeros de un compañero y una compañera que tenían poca antigüedad en la fuerza (2-3 años) y que tomaron esa triste decisión por peleas conyugales. Eso me dio a pensar que no todos los oficiales están preparados para portar un arma de fuego, la cual es nuestra herramienta de trabajo primordial”, aseguró una oficial de zona sur.

Para prevenir este tipo de situaciones, el nuevo espacio brindará un seguimiento más específico para aquellos oficiales que atraviesan situaciones emocionales difíciles. “La particularidad de su trabajo, que implica el acceso a armas de fuego, hace que la intervención temprana y el seguimiento constante sean esenciales”, indicó la subsecretaria Baudino.

Sin embargo, la oficial que desarrolla su actividad en una de las zonas más calientes del conurbano reconoció que el tercero de los casos que desafortunamente vivió fue el que más la impactó y que a su vez le permitió entender que la salud mental para un policía es igual de necesaria que su chapa de identificación.

“Una vez tuvimos un accidente de tren en donde se suicidó una mujer y se logró dar con el esposo que era un hombre de unos 50 años, y padre de un joven policía, a lo cual se le dio aviso para que viniera a la comisaría y así contarle que su madre había tenido un accidente. Este joven policía ingresó y su padre le transmitió lo sucedido, sin mediar palabra el joven se acercó a la vereda y se disparó un tiro en la cabeza con su arma reglamentaria perdiendo la vida de manera instantánea. Esa familia tuvo dos pérdidas en un día”, describió.

“Fue muy fuerte lo que se vivió ese día, y creo que en ese momento debió haber un apoyo psicológico para los compañeros que estaban dentro de la comisaria trabajando, porque tuvimos que salir y controlar la situación”, agregó.

La oficial también destacó que los efectivos ponen su vida en riesgo permanentemente: “El policía bonaerense luego de un enfrentamiento armado queda aturdido, debería tener por lo menos un descanso por 72 horas luego de ello, y sí, ayuda psicológica”.

Un jefe de policía local de otro municipio de la zona sur, que también preservó su identidad, coincidió con la oficial en la necesidad de un seguimiento más riguroso tras situaciones traumáticas. También advirtió que, a diferencia de otros trabajos, los problemas cotidianos pueden llevar al policía a quitarse la vida: “El policía tiene día tras día el plus de portar permanente un arma de fuego, lo cual ante cualquier situación sea amorosa, económica o de índole laboral, en la cual se encuentra atrapado, recurre a quitarse la vida como una vía de escape. Esperemos que el nuevo centro sea realmente beneficioso para el personal y que no quede en una o dos entrevistas y chau”.

“Tengo conocimiento que en los centros de entrenamiento se están implementando charlas sobre prevención al suicidio y eso está bueno, pero también tendrían que hacer talleres para la totalidad del personal policial, como cuando daban las charlas de la Ley Micaela”, solicitó.

De igual manera, el jefe de policía sostiene que los superiores también tienen que estar atentos a lo que le sucede al personal en su día a día. “En la medida que puedo trato de ayudarlos resolviendo temas de horarios y de cambios de turno. Veo permanentemente las necesidades de los policías que son principalmente económicas y que nos llevan a trabajar más horas y con mayor desgaste”, completó.

Otro jefe de policía en este caso jurisdiccional de un municipio del conurbano se paró en la misma vereda que su colega pero advirtió que el personal policial llega al momento del suicidio por “múltiples causas”.

“Hacemos una gran cantidad de horas de servicio, mínimo 12, y luego nos quedamos a hacer horas extra que alcanzan las 20 horas y el franco que sería de 36 horas pasa a ser menos de 24 horas”, afirmó y continuó: “La falta de presencia en el hogar, atenta contra las relaciones familiares. Entonces el policía se separa, y al no tener contención adecuada, rápidamente cae en otra pareja, hijos nuevos, y por ende mayores problemas económicos que no puede sostener. Empieza una situación económica muy difícil, no le alcanza la plata para nada, reclamos, deudas, problemas familiares y terminan recurriendo al suicidio”.

Por otro lado, un comisario que pasó por varias dependencias del conurbano comentó que el centro de cuidados para la salud mental “puede servir pero la base de todo está en la preparación”: “Hoy en día tenemos lo que se llama 'generación de cristal'. Los pibes no ven salida, se ahogan en un vaso y se pegan un tiro. Y lo que más cerca de la mano tienen es el arma. No existe la misma preparación de antes en la escuela para policías”.

Y reforzó su postura desde su experiencia con las nuevas generaciones: “Cuando en la vieja escuela tenías que estar encerrado, te enseñaban, te forjaban el carácter y enfrentabas los crímenes y las situaciones de la vida de otra manera. Hoy en día, cuando se meten un poco en las malas, los pibes acceden a lo rápido y se pegan un tiro. Hay muchos casos de esos”.

Romper con el silencio

Uno de los mayores desafíos que enfrenta la implementación de este tipo de políticas es la dificultad de visibilizar las problemáticas de salud mental dentro de una institución como la Policía. "Muchas veces, los policías no se sienten cómodos hablando de sus problemas emocionales o psicológicos, y eso complica el diagnóstico y tratamiento", comentó Baudino.


Frente a estas situaciones, el trabajo mancomunado será clave para lograr lo propuesto. "Sabemos que no podemos abordar todas las problemáticas desde un solo lugar, por eso trabajamos en coordinación con la Subsecretaría de Salud Mental del Ministerio de Salud y otras instituciones para asegurar una atención integral y personalizada", dijo Baudino.

De acuerdo a datos oficiales de la Dirección de Estadísticas e Información de Salud del Ministerio de Salud de la Nación, en los últimos diez años, Argentina ha registrado un promedio anual de 3.175 muertes por suicidio. Aproximadamente el 50 por cientos de estos casos corresponde a adolescentes y jóvenes adultos de hasta 34 años, situando al suicidio como la principal causa de fallecimiento en ese grupo de edad, superando a los accidentes de tránsito. 

Por ello, y en el marco del reciente Día Mundial para la Prevención del Suicidio, la Provincia lanzó, entre otras iniciativas, la campaña de concientización "Desactivemos el Silencio", que se complementa con el programa y la inauguración del nuevo espacio para los efectivos policiales en La Plata. "Queremos que los policías sepan que este espacio está para ellos, que pueden acercarse en cualquier momento y que vamos a estar ahí para escuchar y acompañar", añadió Baudino.

Además de fortalecer la prevención, la subsecretaria destacó que el gobierno provincial está comprometido en mejorar la relación de la institución policial con la comunidad, algo que, según Axel Kicillof también implica cuidar mejor a quienes diariamente nos cuidan: “Humanizar la policía no solo tiene que ver con mejorar la relación de la institución ‘hacia afuera’, con el pueblo de la Provincia. sino que también tiene que ver con cuidar mejor a quienes cotidianamente nos cuidan”, subrayó el gobernador.